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La privacidad es un privilegio que poco a poco se ha perdido con el avance de la tecnología, la cual es aprovechada por los llamados hackers para acceder a información que no siempre se debe o se quiere hacer pública con el único objetivo de ganar dinero, en algunas ocasiones, pero la mayoría de las veces para satisfacer su ego y poner a prueba sus habilidades.

El especialista en criminología, Rodrigo Valdéz explica que siempre hay una motivación principal.

“Esta procede de la emoción profunda que produce resolver problemas, eso es lo que hace que los hacker piensen que es divertido ser uno, pero la diversión requiere un esfuerzo y éste una motivación, entonces al final bajo esta teoría, ellos sienten que hay una recompensa a todo el trabajo y esfuerzo que ellos dedican, que es ejercitar su inteligencia, eso les ayuda a la reputación y a que se les reconozca como tal”, explicó.

A inicios de 2014 la farándula argentina se sintió amenazada, cuando un usuario de Twitter llamado Camus Hacker, cuyo nombre real es Emmanuel Ioselli, compartió fotografías íntimas de algunas estrellas del medio artístico de aquel país, incluyendo además videos que, aseguró, fueron tomados con la propia webcam del equipo de cómputo de sus víctimas al ser manipuladas por él. Su desfachatez fue tal, que en un programa de radio declaró que sólo hackeaba a los artistas que le caían mal. Entre los afectados se encontraba Andrea Rincón, Fátima Florez, Diego Korol, entre otros.

El director de la Policía de Ciberdelincuencia Preventiva de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Carlos Fraustro López, explicó que en su experiencia en la institución, cualquiera puede acceder a esta clase de datos sin ser un especialista en informática o hacker, sólo basta ser un buen observador.

“El abuso de información electrónica puede ser utilizado para bien o para mal por personas, que aunque no tengan conocimientos de informática, se aprovechan de las bondades de alguien que publicó información que puede ser comprometedora”.

Datos como el número celular, el lugar de trabajo, actividades, entre otros, pueden ser la llave para que estas personas accedan a la información confidencial de casi cualquier persona, como pasó con Christopher Chaney, quien hackeó la cuenta de correo de Scarlett Johansson para obtener sus fotos desnuda, tarea en la que tuvo éxito gracias a que estudió la vida personal de la actriz y ahí encontró la llave de acceso.

Rodrigo Valdéz señaló que en casos como éste, el hacker llega a compartir algunas características de un acosador, por lo obsesivo que puede llegar a ser con su víctima.

“Comenzó por curiosidad y resulté ser, ya sabes, adicto a ver todo”, declaró Chaney al ser detenido por el FBI.

A diferencia de lo que pasa en Estados Unidos con sus celebridades, que constantemente son invadidas por los hackers en su intimidad, como a últimas fechas paso con Demi Lovato, Jennette McCurdy y Selena Gómez, en México este fenómeno no es nada común, según explicó director de la Policía de Ciberdelincuencia Preventiva.

“No es común en el aspecto de decir que lo hackearon o echarle la culpa a una persona desconocida. Yo no he tenido a un artista, figura pública o ciudadano normal que haya sido amenazado bajo este esquema, lo que tengo son gente que es expuesta a través de lo que publicó en su perfil de redes sociales, sus imágenes son obtenidas y después utilizadas en su contra”.