Clínica de periodismo

Hubo cinco suertudos durante la presentación de Alejandra Guzmán en el Palenque de la Feria de León 2014. El primer afortunado fue un joven que, desde las gradas, se acercó lo más que pudo al escenario y le ofreció flores a la cantante, antes de que está cantará “Ángeles caídos”.

Guzmán lo abrazó, lo metió al ruedo del Palenque y le dijo: “Te voy a dedicar esta canción. Pórtate bien. Siéntate… ¡Que te sientes!”.

A las 23:00 horas, hora programada para el inicio del concierto, el recinto no estaba ocupado ni a la mitad de su capacidad. Una hora y veinte minutos después, la Guzmán comenzaba su participación con “Como ladrones” ante un foro casi lleno: 6 mil quinientos espectadores.

“No los había visto desde hace dos años, ahora me desquito”, saludó la compositora a los leoneses después de su segunda canción “Mírala, míralo”, y comentó: “No saben qué gusto me da venir aquí, estar viva”.

El segundo fanático que compartió el escenario con Alejandra, lo hizo durante el tema “La ciudad ardió”.

La cantante se acercó al público, abrazó a un par de personas y tomó a un adolescente que bajó al ruedo y con quien bailó en la pista luminosa que estaba montada en el centro. “¡Un aplauso para el más joven y valiente!”, gritó la artista y despidió a su seguidor con un beso.

Guzmán lució muy vigorosa en su show y ello lo demostró durante todas sus canciones, pues bailó y corrió de un lado del escenario al otro, pero, sobre todo, estuvo en contacto con sus fanáticos.

Durante su interpretación de “Volverte a amar” le cantó a uno de los espectadores y le cedió el micrófono al público, para después en “Guerra fría” tocar el pandero y bailar mientras su guitarrista principal tomaba el escenario con sus riffs.

“Se nota que es el primer show del año, tenemos que agarrar el ritmo, desgraciados”, le dijo a su audiencia e inmediatamente reaccionó al insulto que dijo. “Así nos llevamos, ¿no?”, y sonrió.

Aproximadamente después de una hora de haber comenzado, Guzmán desapareció del ruedo unos minutos, mientras su banda seguía tocando, y reapareció con un vestuario nuevo, un vestido blanco, para interpretar “Lipstick” y “Diablo”.

Después, algunas sillas fueron acomodadas en medio del escenario y el ambiente de rock acelerado cambió por un set con guitarras acústicas y arreglos tranquilos.

La canción que abrió esta sección del concierto fue “Eternamente bella”, en una versión más lenta que la normal.

Fue justo a la mitad de la parte acústica del recital, que el tercer afortunado bajó al ruedo y, esta vez por su cuenta, corrió a abrazar y besar a Alejandra. La intérprete se sobresaltó por la falla de seguridad pero recibió a su fan alegremente. “¿Cómo estás, papacito?”, le preguntó.

A pesar de ser un show vibrante y con bromas constantes (“Quiero que sepan que no tengo novio, todas aquí estamos disponibles”), también tuvo momentos en los que la “Reina de Corazones” habló reflexivamente. “A mí me cae muy bien la gente que acepta sus errores… y mira que yo he tenido errores”, comentó Guzmán para presentar la canción “Mi peor error”.

Otro de los momentos más destacables de la velada fue cuando la rockera se sentó detrás de una batería blanca con la inscripción “La Guzmán” impresa en el parche del bombo y tocó junto a sus músicos una versión instrumental de “Beat it”, de Michael Jackson.

Sin embargo, el momento que conmovió más al público fue cuando las dos últimas fanáticas en compartir el ruedo con la artista bailaron junto a ella. Ocurrió después de una de sus canciones más reconocidas, “Hey güera”.

Alejandra interpretaba “Un grito en la noche” cuando una niña de alrededor de 5 años se acercó a la orilla de las gradas y se reunió con la cantante. Ella le dio un pandero a la niña y bailaron juntas sobre un templete.

Mientras eso sucedía, otra pequeña de la misma edad atravesó el escenario corriendo con una rosa en la mano y alcanzó a Guzmán. La intérprete la saludó, le entregó un güiro y le mostró cómo tocarlo mientras seguía cantando y bailando. Al final de la canción, la artista abrazó a las niñas, rió y las acompañó a la salida.

Las dos horas que duró la presentación de Guzmán contaron con temas coreados por todo el público que bailaba emocionado en sus asientos y en los pasillos del lugar y con una cantante que lucía alegre y que daba la impresión de estar disfrutando su primer concierto del año.

Después de “Reina de corazones” y “Hacer el amor con otro”, la mexicana se despidió cantando: “Y cuando estoy rocanrroleando, soy la reina del lugar”, un verso de “La plaga”: