Hollywood no es vital para Darín
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FILME. Ricardo Darín protagoniza Relatos salvajes. (Foto: REUTERS )
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CANNES.— Es cercano, sonríe y se pide un vodka antes de empezar la entrevista, “me estoy hinchando de tanta agua que me dan… ¡yo no tengo retención de líquidos!, necesito un alcohol ya”, dice de broma a EL UNIVERSAL el actor que lleva una jornada de más de ocho horas de entrevistas continuas con su filme Relatos salvajes y ni así ha perdido la buena actitud.
Ricardo Darín sabe bien lo que es lidiar con la prensa y sobre todo, con películas de éxito. Hace sólo cuatro años desfilaba por la Alfombra Roja de los Oscar por su participación en la película El secreto de sus ojos, ganadora de la estatuilla a Mejor Película Extranjera.
“Haber estado en una película ganadora del Oscar no ha cambiado nada en mi vida. Lo que cambia es el afuera, no el adentro. Mira hasta qué punto cambia el afuera que la gente cree que yo me gané un Oscar, ¡yo no me gané nada! Esto es una pequeña participación de una película que ganó el premio como el resto de los 100 componentes del equipo. Sin embargo todo el mundo me dice, ‘bueno, ahora que ganaste el Oscar’. Entiendo la repercusión que tiene, me parece bárbaro, pero a mí no me cambió nada”, comenta acerca de esa experiencia en Hollywood.
Una industria que, por cierto, no le quita el sueño, “no quiero ir a Hollywood, ¡ya fui! No me interesa. Si me llaman para hacer una historia interesante sí, igual la haría pero no por el sólo hecho de ir a Hollywood”, asegura el actor que ya ha rechazado varios proyectos en la Meca del cine.
“Me han ofrecido sólo tres o cuatro proyectos y en uno no pude porque tenía otro trabajo, en otro porque quería volver a mi casa y ver a mi familia y me obligaban a ir a Los Ángeles directamente, pero tampoco es que me ofrezcan todo el rato ir a Hollywood y yo sea un extravagante y diga ‘no, Hollywood no, quiero estar solo, en mi país, en mi casa’. El día que me ofrezcan algo interesante me desdigo de todo esto y aprenderé bien inglés”, ríe el actor que también cuenta con sinceridad cómo elige sus proyectos.
“Yo leo un guión cinematográfico como leo una novela, es decir, como un espectador. Soy como un niño esperando ver cómo me van a sorprender. No lo leo técnicamente para ver cómo es mi personaje. Lo primero que veo es la historia, si me conmueve, me atraviesa y me pone en movimiento, cuando me pasa esa especie de excitación, ya es un síntoma de que probablemente debería involucrarme”, explica Darín.
“Y me he equivocado”, continúa, “he hecho cada porquería, cosas absolutamente despreciables en términos artísticos, pero era otra época. Era muy joven y soy hijo de actores que no tuvieron mucha suerte, a pesar de ser talentosos, así que cada vez que me ofrecían un trabajo lo primero que sentía era una gran alegría. Después me dedicaba a averiguar si era bueno o malo”.