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Pasaron dos años para volver a sentir la vibración y la potencia emanada de cada uno de los instrumentos de los integrantes de la agrupación escocesa de indie rock Franz Ferdinand, quienes regresaron a México para encender al Palacio de los Deportes.

Un reloj y letras blancas bajando rápidamente en la pantalla detrás de ellos fue lo que acompañó su salida al escenario a las 20:34 horas haciendo gritar a las 15 mil 286 almas presentes, según cifras de los organizadores, con “Bullet”, “No you girls” y “The dark of the matinée” para así lograr que los asistentes levantaran los pies del suelo.

“Gracias. Hola México”, dijo el vocalista Alex Kapranos en el poco español que intentó hablar en la noche, despertando inmediatamente la emoción al ritmo de “Evil eye”, en donde enseñaron una toalla con el diseño de su cuarto álbum de estudio y el cual se encuentran promocionando, titulado Right thoughts, right words, right action.

Doce reflectores a la altura de la mitad de la gran pantalla los cobijaron con un juego de luces que se complementó desde las alturas, de modo que tanto Kapranos como Nick McCarthy, Bob Hardy y Paul Thomson dieron un espectáculo lleno de color, en donde ellos vistieron atuendos solamente blanco con negro.

Siguieron su repertorio con “Tell her tonight” y “Do you want to”, que entre aplausos también incluyó el cántico de la leyenda escrita en una bandera: lo afortunados que eran con este reencuentro.

“Todo bien, esto fue bueno y es genial estar aquí. A veces es momento de decir cosas de amor y otras de festejar y hoy es tiempo de las dos cosas”, expresó Alex.

“¿Se sienten bien? Nosotros amamos México”, siguió diciendo al interpretar algunos de sus éxitos tales como “Walk away”, “Can’t stop feeling”, que despertó gritos al quitarse su chamarra, “Michael”, la aclamada “Take me out”, “Love illumination”, “Ulysses” y “Outsiders”, donde los cuatro integrantes ayudaron a tocar la batería para después despedirse ante un Domo de Cobre extasiado.

Después de unos momentos y a pedido de los asistentes volvieron con los brazos abiertos, desprendieron la bandera de México que se ubicó en el teclado todo el tiempo y el vocalista la agarró para alzarla y luego ponerla en sus hombros e interpretar tres temas más como “Call me” o “This fire” entre aplausos e irse de nuevo. Sin embargo, salieron por segunda vez a complacer a sus seguidores para cerrar a las 22:26 un concierto de poco menos de dos horas de duración con “Goodbye lovers & friends”.

Tras su exitosa presentación en el Corona Capital en el 2012, la banda que ha vendido más de tres millones de discos y que debutó en 2002 regresó con todo para conquistar a los mexicanos en una gira que también incluyó una fecha por Monterrey.