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Diego Luna da su lugar al futbol, junto al teatro

César Huerta| El Universal
Miércoles 11 de junio de 2014

Video. Lo dice de broma, pero Diego Luna sabe el poder del futbol y aclara que la nueva temporada de la puesta Cada vez nos despedimos mejor no interferirá con horarios de los partidos mundialistas

Diego Luna da su lugar al futbol, junto al teatro

INVITADOS. Berenice González y Alejandro Ricaño acompañaron a Diego Luna en conferencia. (Foto: JUAN BOITES / EL UNIVERSAL )

En pleno Mundial de Brasil, repone el monólogo Cada vez nos despedimos mejor en el López Tarso, del DF

cesar.huerta@eluniversal.com.mx

Lo dice de broma, pero Diego Luna sabe el poder del futbol y aclara que la nueva temporada de la puesta Cada vez nos despedimos mejor no interferirá con horarios de los partidos mundialistas.

“Por eso pusimos las funciones a las siete y nueve de la noche”, dice durante la presentación oficial del monólogo que protagonizará a partir del 28 de junio.

En la puesta en escena el “charolastra” ejecuta el texto original de Alejandro Ricaño y la relación turbulenta que enfrenta, con la que parece la mujer de su vida, desde que se vieron a lo lejos siendo niños.

La temporada inicial se dio a fines de 2013 y luego ha tenido funciones en el interior de la República.

Y hubo un pequeño receso por la promoción de César Chávez, su más reciente filme como director, tanto en Estados Unidos, como México.

Fue entonces que comenzó a experimentar esa sensación de extrañar lo querido, decidiendo volver a montarla, ahora en el Teatro López Tarso, al sur del DF.

“Camimaba al teatro, daba dos funciones, tenía vida, me encontraba con el público y platicaba de lo que nos pasaba con la obra.

“Esa cercanía que sólo el teatro da, la extrañaba mucho”, subraya.

Cada vez nos despedimos mejor muestra una escenografía básica: sillas, alguna cámaras fotógráficas en el suelo y un músico.

El guión recuerda varios acontecimientos históricos, que ayudan a situar al espectador, como el terremoto de la capital mexicana en 1985, el levantamiento zapatistas nueve años después o el momento en que el entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, no pudo nombrar tres libros que le gustaran.

Enmedio de ello se encuentra la relación entre su personaje Mateo y la imaginaria Sara.

“Todo el mundo tiene una relación parecida o en algún momento, en sus relaciones, ha pasado por esta problemática; lo interesante (de la obra) es eso”, considera.

Sin miedo

El miedo a estar solo en el escenario no está en Diego.

No hay de quien agarrarse en él, dice metafóricamente, ya que todos se quedan atrás del telón.

“Va a sonar cursi, pero me siento cómodo porque no me siento solo, sino que voy con un texto a prueba de balas, que incluso me permite tener un error y salir campante; se va refrescando, renovando y tiene un claro increcendo”, destaca.

Señala que se trata de una obra cien por ciento mexicana.

“Nos hemos pasado en el teatro comercial hablando de la realidad de otros países”, expresa.



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