Creadores de éxito
Video. Seis productores comparten la fórmula que hizo de 2013 el año más taquillero del cine mexicano, y que esperan replicar este 2014, entre ellas, contar historias universales
VARITA MÁGICA. Estos productores lograron, en 2013, que cerca de 27 millones de personas vieran sus películas. (Foto: MARCO ANTONIO VALDEZ Y AGUSTÍN SALINAS / EL UNIVERSAL )
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Juntos, estos productores lograron, en 2013, que cerca de 27 millones de personas vieran sus películas, cosecharon alrededor de 60 premios internacionales, estrenaron en países como Estados Unidos y España, y algunos consiguieron que sus historias sean objeto de remakes.
Ellos son Mónica Lozano (No se aceptan devoluciones); Leonardo Zimbrón (Nosotros los nobles y Amor a primera visa) y Jaime Romandía (Heli).
También están Alex García (No sé si cortarme la vesnas o dejármelas largas y El cartel de los sapos) e Inna Payán y Luis Salinas (La jaula de oro).
Se diría que encontraron la varita mágica para hacer cine mexicano exitoso tanto en taquilla, como en reconocimientos.
¿Tienen algún secreto? Dicen que no, pero cuestionados por EL UNIVERSAL, dieron sus puntos de vista para intentar que una película no pase de noche.
Las dos más exitosas del año, óperas primas de Eugenio Derbez y Gary Alazraki, respectivamente, le hablaban al público con temas universales. No se aceptan devoluciones tocaba el de padres e hijos, lo mismo que Nosotros los nobles.
“Uno de mis hijos me sentó a ver esta última y dijo, mira, ahí estás tu, ahí estoy yo, ahí están los demás; fueron temas sensibles que le hablaban a la sociedad”, considera Lozano, quien debutó en el 2000 con Amores perros.
Pero todo parte, comenta Zimbrón, de un buen guión porque a veces los mismos productores experimentados, en medio de la euforia por una historia que fascinó, empiezan a rodar sin que el escrito esté listo.
Las dos cintas antes mencionadas tuvieron un periodo de incubación de 10 y cuatro años respectivamente, lo que dio madurez a las ideas a plasmar.
Y pensando en público, dice Zimbrón, debe detectarse lo que le gusta. El también coproductor de No eres tú, soy yo decidió hacer con Los Nobles una comedia familiar.
“Había de animación, de humor negro, de muchas, pero no familiar, algo que en la época de oro del cine mexicano se realizó varias veces”.
Alex García está de acuerdo, teniendo en mente que al cine, el público que va es mayoritariamente femenino y, en general, oscila entre los 18 y 30 años.
Y por supuesto, un elenco que pueda ser vendido a ese sector.
“Es un público que debe engancharse con una historia romántica, dramática, o algo por el estilo; a El cartel de los sapos (que vendió más de un millón de boletos) se le metió una historia de amor entre los protagonistas; si no se hubiera hecho, habría sido una película más de narco y balazos”.
Para Romandía, Payán y Salinas, un punto importante es tener una voz distinta.
El primero trabaja con Amat Escalante (Heli) y Carlos Reygadas (Luz silenciosa), que logran vender sus películas a unos 40 países y, en ocasiones, sin siquiera haberla filmado. “Lo importante de ellos es que tienen una voz particular, no es que se diga: vamos a hacer algo que atraiga a la gente, sólo expresan lo que quieren”.
Los otros dos con La jaula de oro, que aborda la travesía de tres adolecentes camino a EU, han ganado más de 30 premios incluyendo Cannes. “Los temas en cine ya están, lo importante es cómo los cuentas, les das la vuelta”, dice Inna.