Café Tacvba manda energía a los 43
Video. Durante su primer concierto por sus 25 años de carrera musical, Los Tacvbos, se pronunciaron por la desaparición forzada de los 43 estudiantes en Guerrero y se unieron a las acciones de protesta con veladoras en el escenario
APOYO. Los tacvbos prendieron 43 veladoras en el escenario por los desaparecidos de Ayotzinapa. (Foto: AGUSTÍN SALINAS / EL UNIVERSAL )
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Café Tacvba festejó sus 25 años de carrera musical, y los 20 de su disco de estudio Re, recordando a los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y a sus familias, a quienes mandaron la energía del primero de siete conciertos en el Auditorio Nacional.
“La alegría que se genera esta noche podemos transportarla a quien lo ha estado necesitando, en especial a los 43 compañeros de Ayotzinapa; también acompañamos el dolor de las familias y de alguna forma les mandamos un buen pensamiento. Estamos en una situación grave, en un crimen de Estado terrible y que no nos confundan, no es suficiente venir a cantar y gritar a un concierto, está en nosotros desmantelar este sistema opresor y represor que nos mantiene viviendo de esta forma. Pedimos por todos los estudiantes, jóvenes, niños en México y el mundo para que estén a salvo y no corran peligro”, expresó Rubén Albarrán ante el apoyo de las casi 10 mil almas.
La agrupación encendió los ánimos y desde las 20:45 horas, cuando una manta blanca detrás de ellos inclinada al lado derecho y algunas pantallas más pequeñas en forma ascendente en espiral los albergó en su interpretación de “El aparato” o la legendaria “La ingrata”, después de la cual saludaron a su público para seguir con “El borrego” y “El ciclón”, todas parte de Re, álbum que decidieron interpretar en orden.
Con traje rojo, corbata y un peinado de coletas altas, Albarrán pidió un espacio de soledad para reflexionar y recordar los sueños en “Esa noche”, luego dio un discurso sobre el arduo trabajo en “24 horas” y tuvo tiempo de pararse a contemplar el júbilo y los gritos de “Olé, olé, olé”.
Luces desde todos los ángulos, incluso desde sus cascos de mineros, enfocaron a Rubén, Quique, Meme y Joselo al ritmo de los acordes de “Trópico de cáncer”, pero los pasos de baile dominaron en “El metro” para sacar los sombreros y trajes fosforescentes en “El fin de la infancia” y volver a un formato cercano al bolero en “Madrugal”.
Emmanuel del Real colaboró con su voz en “Pez/Verde” y acompañados por tres músicos más en escena, pasaron lista los temas de ese disco que les dio reconocimiento internacional.
Con trajes plateados brillantes interpretaron “El baile y el salón” y luego “El puñal y el corazón”, que hizo mover a todos sus pies del piso. “Con estas 20 canciones celebramos y honramos el encuentro y desencuentro de las culturas que nos dieron nacimiento”, dijo Rubén y cerraron con “El balcón”.
Pero regresaron con Meme en el micrófono en la romántica “Eres” y para el que denominaron momento de las complacencias. Rubén escuchó lo que la gente pidió, entonces interpretaron “La chica banda”, para cantar después a una sola voz con el auditorio “Chilanga banda” y “Las persianas”, que provocaron una auténtica fiesta.