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Faltan unas horas para que la puesta en escena Master Class levante el telón en el Teatro Banamex Santa Fe, pero Diana Bracho ya ha dejado de lado su personalidad para dar paso a María Callas, personaje con quien se reencuentra después de 15 años.

“Conforme el personaje va, de alguna manera, apoderándose de uno, poco a poco vas reaccionando como él lo hubiera hecho, es maravilloso ir viendo cómo se va personificando esta otra persona y voy desapareciendo yo”.

Este proceso de transformación ha sido posible gracias a la dirección de Diego del Río, en quien Diana ha depositado toda su confianza.

“Los actores que se quieren dirigir solos son los que fracasan, porque en realidad no puedes hacer un buen trabajo si no te abres al director, y realmente te pones en manos de él, yo estoy totalmente en manos de Diego”.

Para completar su labor, Diana ha dado los toques finales a María Callas con algunos accesorio significativos: una mascada que le regaló María Félix a su papá, Julio Bracho; un bolso 2.55 de Chanel, la cual ya llenó con cosas como unos lentes que eran de su esposo, Rafael Cortés, y una pluma fina que tiene desde hace años, además ya usa los zapatos de la soprano “porque a los estrenos y las bodas nunca hay que ir con zapatos nuevos”.

Con los preparativos listos sólo hay que esperar el momento en que iniciará la primera función de Master Class, el momento más esperado pero también el más temido por Diana Bracho .“Es en el que siempre quiero salir corriendo, pero una vez que entras pasa algo y es mágico lo que sucede”.