Arriaga divide opiniones
DIRECTOR. Arriaga estuvo a cargo de la serie de cortos sobre la religión. (Foto: ALEJANDRA CRAIL / EL UNIVERSAL Y ESPECIAL )
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VENECIA.— Silencio y aplausos tímidos finalizaron la proyección de Words with Gods, un proyecto titánico y muy ambicioso que el director y guionista mexicano se puso entre manos al lograr convocar a ocho reconocidos directores internacionales además de él para hablar de su visión de Dios desde las diferentes religiones del mundo.
Es así como el propio Arriaga, Emir Kusturica, Amos Gitai, Mira Nair, Warwick Thornton, Hector Babenco, Bahman Ghobadi, Hideo Nakata y Álex de la Iglesia a través de un relato y una religión cuentan una historia que sirva como metáfora de la relación humana con los dioses.
Además de estos directores, Arriaga contó con la participación de Peter Gabriel, en la música, y del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa para seleccionar el orden de aparición de los nueve cortometrajes.
Pero lo cierto es que los 129 minutos de proyección transcurren de forma muy dispar, con altas y bajas notables entre un cuento y otro.
La diferencia entre la genialidad de ciertos autores para aterrizar una idea tan subjetiva y la incapacidad de otros para darle sentido es uno de los talones de Aquiles de esta primera parte de las cuatro películas bajo este formato que Arriaga planea hacer.
Para Gregorio Belinchón, crítico de El País, esta falta de consistencia es lo que acaba haciendo de Words with Gods una película floja. Sin embargo, el crítico también resalta la maestría de Emir Kusturica, Álex de la Iglesia y Guillermo Arriaga.
“Son los que realmente entienden el concepto y cuentan una historia redonda. Estos tres cuentos son muy buenos. El de Kusturica (Our life) es una metáfora bellísima de la vida y de cómo vamos cargando piedras. Álex de la Iglesia en The Confession logra jugar muy bien con el tema y el corto de Arriaga, La sangre de Dios, es una idea redonda. Al resto de las historias les sobran unos minutos. Pero lo que más me llama la atención es que todos hablan de Dios desde el sufrimiento y en ningún cortometraje se habla de la trascendencia”.
Para Ricardo Gratarola, de la radio italiana Rai 1, el filme de Arriaga tiene momentos de extrema belleza pero no logra consolidarse como un todo. “Hay un par de cortometrajes, el de Álex de la Iglesia y el del propio Guillermo, que brillan, pero al resto les falta mucho trabajo de guión y de definición. Lo disfruté por fragmentos y la película me perdió en muchos momentos”, explicó.
Más dura es la crítica de Paola Medori del periódico La Voce Social. “Los temas que se tocan en la cinta son muy serios. Se habla de todas las religiones: la judía, la cristiana, la musulmana, incluso el ateísmo. Pero no hay una base filosófica que los sostenga, no hay tampoco un hilo conductor. Se siente más como un experimento personal que como un verdadero compromiso con la exploración de un tema tan complejo como el de Dios”.
Para Amir Broitman, crítico israelí, la película es una bella metáfora de la vivencia de Dios en cada persona. “No está diseñada para enseñarnos nada sino para dejarnos sentir. Para disfrutarla hay que dejarse llevar, quitarse todos los tabúes e intentar ver la experiencia espiritual”.