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No sólo se codea con actores de Hollywood, también los abraza. A cambio, ellos la apapachan y le besan la mano. Por lo menos eso es lo que ha vivido Adriana Barraza con James Franco (con quien filmó "Wild horses") y Jennifer Aniston (con quien protagoniza "Cake"), filme que se presenta el próximo martes en el Festival Internacional de Toronto.

"Soy feliz con lo que tengo en el momento", dice del otro lado de la línea telefónica, instantes antes de comenzar las lecturas de una obra de teatro en Miami, donde radica.

Adriana estará en Toronto con Aniston, una de sus actrices favoritas, para la premier de "Cake", cinta de mucho humor negro y en la que es su sirvienta, su chofer y su amiga. "Como cualquier gente vi ‘Friends' y quería a los personajes", exclama divertida al recordar la serie de televisión en la que Aniston interpretó a una joven rica y caprichosa.

"El primer día que llegué al set me abrazó y me dijo que era igualita a cómo me había imaginado y yo le dije lo mismo (risas), la verdad es que pasé casi dos meses riéndome, es muy apapachadora, generalmente los norteamericanos no son afectuosos en el sentido de tocar como los latinos, pero ella hace chistes, te besa la mano, tiene una habilidad para ser graciosa", exclama.

Barraza acaba de concluir película con James Franco ("Wild horses") y espera una aparición de vampira en "The strain", de FX, codirigida por el tapatío Guillermo del Toro ("El laberinto del fauno").

"Es divertido salir así, aunque en la vida real, ser vampiro, chupar sangre, no", expresa.

Esta mujer nacida hace 58 años en Toluca, estado de México, irrumpió en la escena mundial durante 2007, al ser nominada al Oscar por su trabajo en "Babel". Sabe que precisamente ese reconocimiento le llegó ya en plena madurez y siempre supo que cuando alguien la abrazaba, era motivado por el personaje y no por ella, porque ni la conocían.

Ya estuvo bajo las órdenes de Sam Reimi ("El hombre araña"), compartiendo set con Luke Wilson o formando parte del elenco de la serie televisiva "CSI Miami".

Ahora mismo se apresta para darle vida a la mamá del capo colombiano Pablo Escobar en la producción "Narcos" de Netflix. Pero no es de las que hacen alharaca con eso. Por el contrario, opta por el perfil bajo.

"Tengo 42 años de actriz y me ha pasado de todo: bonito, feo, regular; yo ya triunfé y fracasé que es lo que más te enseña, yo creo. Lo que más me interesa en la vida es disfrutar mi trabajo y de lo que estoy segura es que todos los días se debe demostrar quién es uno, no importa si hice ‘Babel' o algo más", señala.

Es cierto, no todo en la vida ha sido tranquilo para Barraza. Siendo madre soltera, trabajó vendiendo libros y cuidando bebés. ¿Algo más? Bueno, gente de Televisa, donde llegó a trabajar, le dijo que era tonta.

Ahora, con una carrera estable en Hollywood, recuerda los avatares de su juventud, cuando trabajó en una estética y como vendedora de libros: "Cuando vendí libros no tenía trabajo ni qué comer, en el momento que lo conseguí me dio mucho gusto, lo disfruté; claro, todo depende de lo que uno considere felicidad, lo que sí digo es que todo es momentáneo", señala la actriz.

De esa época cuenta, por ejemplo, que si había un huevo para comer, se lo daba a su hija, hoy de 36 años de edad.

Adriana se trasladará en las siguientes semanas a Medellín, Colombia, para interpretar a Hermilda Escobar, la mamá del narcotraficante Pablo Escobar, en una serie que pretende mostrar la lucha para acabar con esos capos. Otro mexicano, Diego Cataño, interpretará a un sicario y en su primera visita a esa ciudad, vio la foto incluida de Ana de la Reguera. Escobar será encarnado por el brasileño Wagner Mora.

"Hermilda fue una influencia importante en Pablo Escobar, tuvieron un amor muy grande. Y la serie es compleja no hay buenos o malos".