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Eran las 15:45 horas del 15 de mayo de 1961, un día antes de la clausura del Festival de Cine de Cannes de 1961. Sólo habían pasado dos horas de la proyección de Viridiana y, sin tener muchas probabilidades de alzarse con un premio, el filme realizado por la mancuerna Buñuel-Pinal resultó una sorpresa al obtener la Palma de Oro a la Mejor Película.

Con esa precisión que da la nostagia, Silvia Pinal detalló ese día que recuerda como fantástico y mágico. Señala que fue un momento que a los involucrados les cambio la vida.

"Nadie creía en la película de don Luis. En Francia decían que era un franquista, pero después de la proyección a nadie le quedó duda de que era un gran filme", relató.

Detalló que para ese momento el certamen ya tenía a otros claros favoritos y que la proyeccion del filme del cineasta español era una simple formalidad, pues "los galardones ya estaban dados".

"Después de ver Viridiana, fue un bombazo, todos la aclamaron porque era provocadora, diferente, ácida, con escenas fuertes, fue aplaudida por la crítica", añadió.

La polémica y censura no se hizo esperar. El filme fue vetado en países como España, donde se proyectó 10 años después, cuando el dictador Francisco Franco murió.

La cinta fue el inicio de una mancuerna que se extendió a otros dos filmes y que si no hubiese sido por el fallecimiento del director hubiese continuado, aseguró Pinal. "Había planes de trabajar juntos, queríamos hacer más películas, pero su enfermedad lo impidió", dijo.

Aunque la actriz sabía que Buñuel no estaba bien de salud, su muerte fue una noticia que la tomó por sopresa: "Luis era reservado con su vida, yo me enteré que estaba en el hospital por casualidad, pues había ido a ver a un amigo y me dijeron que ahí estaba y fui a verlo", relató.

Pinal reconoció que Luis Buñuel nunca dejó de sorprenderla, pues recordó que los días antes de su muerte, Buñuel, quien se autodenominaba ateo, los pasó al lado de un sacerdote. "Hay cosas que nunca comprenderé".

Acotó que con la partida de Luis Buñuel se fue un gran director que poseía una forma de hacer cine que hasta hoy en día pocos se atreven a hacer.

"Aunque han surgido grandes realizadores no tienen esa gracia, esa cosa sádica y extraña que tenía Luis cuando filmaba, la manera en la que se burlaba de los sentimientos", finalizó la actriz.