Tepito fue dulce, Polanco agrio
. (Foto: JUAN BOITES EL UNIVERSAL )
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
MORELIA.— En 1990, luego de una ruptura amorosa, y aprovechando sus lectura de Don Juan en la Universidad, Carlos Cuarón escribió el guión de Sólo con tu pareja, que sería la ópera prima de su hermano Alfonso.
Con esa historia, que lanzaba como protagónico a Daniel Giménez Cacho, el menor de los hermanos daba un vistazo a los temas que marcarían su filmografía: el amor, la amistad y el sexo.
Así se ha visto en las taquilleras por Rudo y cursi e Y tu mamá también, guión último por el que fue nominado al Oscar hace ya casi una década.
Ahora regresa con Besos de azúcar, filmada en Tepito y Polanco, donde recrea una historia de amor de dos niños entrando a la adolescencia (Daniela Arce y César Kansino), provenientes de distintas clases sociales, como un Romeo y Julieta modernos. Antes, Carlos aceptó hablar del amor en su vida y carrera profesional.
¿Qué has llegado a hacer por amor al cine?
Recuerdo mi primer corto, Sístole Diástole, con Salma Hayek, quien ya estando caracterizada de monja y lista para filmar en diciembre, no podía empezar porque llovía . Entonces le hablan al productor a su celular y le dicen que acababan de despedir a Diego López de Imcine, que nos había apoyado. Cinco minutos después le volvieron a llamar para decirle que en los laboratorios de Estudios Churubusco habían velado el material. Caray y no paraba de llover. En esos momentos como director no puedes ponerte a llorar, sino que como capitán de barco no debes hacer que los demás se enteren de lo que está ocurriendo.
¿El cine es buena amante o bella novia?
Es una novia muy querida y cachonda. Ha valido la pena estar ahí, dirigirlo, escribirlo, aunque producirlo no tanto, pero debo hacerlo para tener control.
¿Filmar en el barrio de Tepito fue un acto de amor?
Nos recibió de manera generosa, todos los días llegaba y me decía la gente de ahí que ellos me cuidarían. Me tocó convivir con varios chemos y nunca los corrí del set, me pedían asomarse al monitor y ahí estaba rodeado de ellos.
Nos fue peor en Polanco, donde ahí a la gente le vale madres las filmaciones porque, claro, les cierras calles y los rodajes son de hue… si no trabajas en ellos.
Tus protagonistas de “Besos de azúcar” tienen 13 y 14 años y ya vieron “Y tu mamá también”, que fue clasificación C.
Habla de la hipocrecía de la que hablamos cuando se estrenó, que estaba prohibida y vigilaban como nazis en las salas de cines para que no entraran, al final, la vieron masivamente los chavos.
¿Tus hijos ya vieron “Y tu mamá también”?
Tengo uno de 18 y ya; el otro de 13 no. Su mamá no ha querido y no es que yo no quiera, pero sí creo está chico para entenderle.
No tengo problemas en que lo haga, lo que sí censuro es la violencia que vean, pero el sexo y todas esas cosas, no, es lo que existe en la Tierra.
Dicen que “Besos de Azúcar es tu película más light.
A mí me han dicho que es fuerte y lo entiendo porque ven niños y todos pasamos por ese primer amor a esa edad. Sí creo que es la película que he hecho más tierna y enternecedora.
Por ahí comentan que, cuando se envejece, uno se enternece.
Más bien el público es el que envejece, yo no (risas).