luz.miranda@eluniversal.com.mx  

A pesar de que Eduardo Moreno Laparade anunció que ya ganó el pleito legal por los derechos de las películas de su tío “Cantinflas”, el empresario Mario Moreno Ivanova apuntó que la situación aún no está definida porque alegará ante la Suprema Corte de Justicia puntos de inconstitucionalidad y violación a Convenio de Berna.

Moreno Ivanova ya tramitó ante la Suprema Corte el recurso de revisión o sea un amparo directo.

Como ejemplo de violaciones, citó que en 2011, el séptimo tribunal colegiado ordenó a la sala llamar a la notario de Estados Unidos para venir a México a ratificar su declaración de 1996. En esa declaración, la notario dijo que nunca vio firmar a “Cantinflas” el “acuerdo” con el que Laparade dice que le cedió los derechos de sus filmes.

La notario vino, rindió y ratificó su declaración y esto no fue tomado en cuenta por el tribunal a la hora de dictar la sentencia.

Sobre los testamentos de “Cantinflas” que ambos dicen poseer, Moreno Ivanova recalcó que el único testamento que dejó Mario Moreno Reyes fue el otorgado el 20 de diciembre de 1988, en el que lo designó como su único y universal heredero.

En la cláusula tercera manifiesta que en caso de que el único y universal heredero no tuviese capacidad o renunciara a la herencia, todo sería transmitido a una o varias instituciones de beneficencia. “Nunca menciona a Laparade dentro de su testamento”, asegura Ivanova.

Destacó que lo que exhibe Laparade como testamento son tres hojas de papel que contienen en idioma ingles una “cesión gratuita” de los derechos de Mario Moreno Reyes sobre 39 películas.

Pero precisó que de cinco de esas 39 películas nunca fue dueño “Cantinflas”. “Mario Moreno Reyes sólo tenía derechos sobre 34 cintas; las demás tienen otros dueños, como lo son: Felipe Mier (Así es mi tierra, El signo de la muertey Águila o sol) Carlos Vasallo y Jose Díaz (No te engañes corazón) y Televisa (Ahí está el detalle).

Esta “cesión de derechos”, explica el hijo de Cantinflas, es el documento denominado “agreement” o “acuerdo” que la notario selló a Laparade, aclarando que ella sólo atestiguo la firma de Laparade, pues la de “Cantinflas” ya estaba impresa en el documento. “La notario vino a declarar que Laparade le mintió y cometió abuso de confianza”, asegura Ivanova.