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Las películas de animación son un negocio redondo que puede hasta cuadruplicar en ganancias el costo inicial de la cinta. Los Croods lo hicieron al obtener 587 millones de dólares en taquilla, contando con un presupuesto de 135 mdd. Para cerrar el año, Frozen busca hacer lo suyo con una historia inspirada en el cuento clásico de Hans Christian Andersen (La reina de las nieves), con toques de las princesas modernas de Disney (fuertes, decididas e independientes) y una animación que se logró con un software especial.

“Creo que la animación está generando grandes expectativas, estamos viviendo un buen tiempo, pero creo que la diferencia radica en la capacidad que tiene cada una para generar historias únicas y entrañables”, expresa Jennifer Lee, co directora de la película que se estrena hoy en nuestro país y que ya ha conseguido más de 230 mdd en su semana de estreno.

Con un presupuesto de 165 mdd, Frozen cuenta la historia de las princesas Anna y Elsa, dos hermanas que han de superar la adversidad, después de la muerte de sus padres y de tener que lidiar con los poderes mágicos de Elsa.

“Los dos amamos los clásicos, crecimos con ellos, pero también tenemos que seguir a la sociedad de ahora, queríamos hacer una película contemporánea, por eso decidimos que dos mujeres protagonizaran la cinta, porque ellas tienen imperfecciones, tienen problemas y eso las convierte en personajes confiables”, comenta Chris Buck, director de la película.

“Quisimos hacer una cinta en donde el amor fuera protagonista, pero no en la concepción tradicional, sino usar el amor a la familia, que es la cosa más poderosa”, agregó Lee, quien es la primera mujer en dirigir un proyecto de animación de la casa de Disney. “Uno de los retos más grandes en la animación es, quizás, poder lograr historias interesantes para todo el mundo, porque que sean de animación y familiares no significa que tienen que ser películas simples”, dice Valentín Amador, uno de los animadores.

Después de cinco años de crear un mundo de hielo, los directores y un equipo de más de 600 personas, una de las dificultades para Frozen fue crear el reino nevado que estuvo inspirado en los paisajes de Noruega. “Creamos este mundo creíble en donde nuestros personajes pueden caminar, tu realmente puedes sentir que estás ahí, que te da frío, para lo que tuvimos que crear un software especial que pudiera recrear estas características del hielo”, comenta Buck.

El proceso de animación es un camino largo en el que los animadores deben de elegir su personaje. “Es algo como meterte en una especie de marioneta digital, a la que tu le das alma. Es una especie de trabajo de actor, en donde no trabajas con tu cuerpo, sino que te manifiestas a través de tu personaje”, explica Amador.