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“Todo era parte del plan”, reveló el cantante Robin Thicke al hablar por primera vez de su actuación junto con Miley Cyrus en la pasada entrega de los premios MTV. “Durante los ensayos —contó Thicke— Miley y yo pensamos: ‘Bueno, si tú me tocas con el dedo de tu mano de esponja, seguramente mucha gente hablará de ello. Pero eso era todo. De eso se trataba, de excitar y provocar y entretener”.

Y lo consiguieron. La actuación de Thicke y Cyrus provocó un escándalo mediático, ya que fue calificado como vulgar y sin mérito artístico. En su coreografía, los cantantes bailaron el twerking (su equivalente en español es el “perreo”) e hicieron varias alusiones eróticas.

Pero ayer se supo que el escándalo llegó a la FCC, el órgano desconcentrado del gobierno de Estados Unidos que se encarga de regular la actividad de televisoras y radiodifusoras.

“Muchas quejas de ciudadanos se han recibido en la FCC por la actuación de Cyrus. Sin embargo, ese órgano carece de facultad para sancionar a MTV”, publicaron varios medios estadounidenses ayer.

Thicke, por su parte, se dice satisfecho con su cometido: “Sabíamos en lo que nos estábamos metiendo. Somos artistas y los premios MTV es el lugar perfecto para sorprender al público”.

Y defendió a Cyrus: “La gente la crítica usando la palabra ‘sexual’ para definir su baile. Pero no había nada de sexual en ella”.