Los músicos abajo de Mary Poppins
DEMIÁN CANTILO. Percusionista que ha participado también en Mamma Mia y Los Miserables. (Foto: MARCO ANTONIO VALDEZ EL UNIVERSAL )
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Supercalifragilisticoespialidoso es quizá la canción más popular y reconocida del musical Mary Poppins pero ¿qué sería de este pegajoso tema sin la característica melodía que la enmarca, la cual noche a noche es ejecutada en cada función por una orquesta que desde el anonimato y la oscuridad transporta al espectador a un mundo lleno de fantasia?
Desde que el montaje subió el telón en noviembre de 2012, el público ha sido testigo de cómo el conjunto musical transmite la energía y magia que el montaje requiere y que, en palabras de la gerente musical Beatriz Herrerías, le da presencia a la obra.
Aunque en ocasiones se desconoce la complicada labor de estos artistas que logran darle vida a la obra basada en el filme de Walt Disney, muchos de ellos son músicos consagrados con años de experiencia en orquestas y con una formación clásica.
Y es que para el director general de Mary Poppins, Isaac Saúl, tener en sus filas a gente experimentada y talentosa hace que la obra mantenga un nivel de calidad equiparable al de las producciones de Broadway.
“Se trata de mantener el show a la misma velocidad, con la misma dinámica, tratar de mantener un buen ambiente es fundamental”, dijo Saúl a EL UNIVERSAL.
Son 16 los instrumentalistas que desde un foso de una extensión de 8 metros de largo por 3 de ancho y una altura no mayor a 2 metros se embarcan durante las dos horas que dura el show en un viaje para el que no todo músico está preparado.
“Lo más difícil de trabajar en el foso es que todo el tiempo estas abajo, en un espacio reducido y con poca luz, es complicado para algunos trabajar en un montaje así”, señaló el músico Óscar Peralta.
Aunque durante el montaje el público difícilmente verá a los músicos, sin ellos la obra simplemente no podría funcionar y, si bien podría parecer un trabajo poco reconocido, algunos de ellos advierten que es algo muy satisfactorio.
Para Cesár Velázquez, trombonista de la obra, estar en la oscuridad y lejos del reconocimiento público no es un impedimento para amar y disfrutar de su labor, pues “es una experiencia emocionante vibrar desde el fondo con el aplauso del público aunque no sepan que el músico era yo”.
Demian Cantilo, quien ha participado en musicales como Mamma Mia y Los Miserables añadió que trabajar en una obra de este tipo requiere de una gran concentración.
“Se requiere de resistencia y precisión, son muchas funciones, el ánimo y energía no deben decaer, es un trabajo fuerte e intenso”, detalló.
Es este trabajo arduo e intenso de cada integrante de la orquesta el que hace que que tras ocho meses en cartelera, la gente llene el teatro para admirar a Mary Poppins, una institutriz que sin la música no llegaría al corazón de niños y adultos.