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Alfonso Cuarón tenía 20 años cuando se convirtió en papá. Y pasaron casi tres décadas, para que ese bebé le cambiara la vida en cómo hacer cine.

El director de Niños del hombre e Y tu mamá también sonríe cuando recuerda que con el nacimiento de Jonás le cambió la vida.

“Cuando fui papá estaba planeadísimo, era una especie de John (Lennon) y Yoko (con su entonces pareja), era la onda, creo que Jonás en esa época me vino a encaminar”, dice.

Y desde hace cuatro años, ese niño volvió a modificar su perspectiva de lo que ama.

Con él (Jonás) coescribió Gravedad, película que estrena hoy, protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney, como dos astronautas que se quedan en el espacio, tras accidentarse su nave.

“Quizá la virtud que traje al proyecto es la enfermedad de mi generación, que es el déficit de atención, que nos lo dan todo rápido en internet”, señala Jonás entre risas.

“Eso quería en 90 minutos, meter al público en una montaña rusa, al viaje del personaje de manera visceral, más allá de lo intelectual”, agrega el creativo.

“Hijo de tigre”

De su papá y su tío, el también director Carlos (Rudo y cursi), sólo escuchaba pláticas de cine. “Nunca me pesó el apellido, pero sí creo que pude hacer cosas más útiles para la humanidad (risas)”, dice.

Y el cine le ha dado buenos recuerdos. Su debut fue en La princesita, en breve secuencia de la historia, dirigida por su padre. “El primer recuerdo que tengo de mi papá en el set, supongo, son de memorias abstractas en Sólo con tu pareja, pero el más grato es La princesita, yo tenía 10 años y estaba rodeado por unas 20 niñas de 11 años”, comenta.