Con motivo de su 73 aniversario, en octubre de 1993, el realizador italiano Federico Fellini ofreció una entrevista a la televisión italiana en la que a manera de despedida detalló su postura respecto a la muerte, la cual le llegó días más tarde, el 31 de ese mes y que hoy a veinte años de su partida es recordado como uno de los grandes maestros del relato cinematográfico.

"La muerte no me asusta, no le tengo miedo, siento un cierto cosquilleo de curiosidad por ella", fue lo que Fellini expresó en aquella ocasión en el Hospital San Giorgio de Ferrara poco antes de su partida a la edad de 73 años, luego de pasar 15 días en coma y finalmente perecer por un paro respiratorio.

Tras su deceso los homenajes y premios póstumos no se dejaron esperar, pues en su casi medio siglo de carrera, el artista nacido en Rímini, Italia, impuso su estilo que en la actualidad es reconocido como "Felliniano", con el cual logró ser aclamado tanto en Europa como en Hollywood.

Muestra de ello es que hasta la fecha Fellini es el cineasta de lengua no inglesa más premiado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (AMPAS), por obtener cuatro premios Oscar a Mejor Película Extranjera por La Strada (1954), Le notti di Cabiria (1957), 8½ (1963) y Amarcord (1973), así como un premio honorífico a la trayectoria Profesional que le fue otorgado en 1993.

Por esta razón no es de sorprender que tras su fallecimiento Italia se paralizó y los ciudadanos como los medios de comunicación no podían dar crédito fallecimiento del artista responsable de largometrajes como "La dolce vita", "Roma" y "Casanova".

Para una vida marcada por las películas era digno un final igual de épico, por ello se decidió que la capilla que albergaría sus restos serían los estudios Cinecitá, aquellos que vieron cristalizar la mayor parte de los sueños de este visionario realizador, los cuales comenzaron en 1950 con el filme "Luci del varietá".

Diarios como el ABC daban testimonio de esto, pues en sus titulares se podia leer "Los italianos no lo pueden creer. No estaban preparados para su muerte".

Y es que no sólo Italia sucumbio ante dicha partida, pues en todo el mundo diversos diversos noveles cineastas siguieron sus pasos y hoy es referente e inspiración de muchos de ellos que hoy mantienen vivo a Fellini a través de sus historias.

Cómo olvidar "La strada", una de sus cintas más melancólicas y personales ambientadas en el mundo circense -mundo que el realizador descubrió a los 7 años y que señalaría lo marcó para siempre-, o "Las noches de Cabiria", donde retrató los sueños de una prostituta, a través de una puesta en escena casi perfecta; o "8 1/2" de sus cintas más aplaudidas en la que contó las vicisitudes del rodaje de una película y la desintegración personal del director, con la que saldaba cuentas consigo mismo.

Sus filmes casi siempre biográfico o inspirados en su mayoría por experiencias personales sirmpre tuvo como ejes centrales la infancia, la familia, Italia y la clase media a la que el y su familia pertenecieron gran parte de su vida.

A dos décadas de haberse ido, Federico Fellini sigue encumbrado como un genio inquebrantable nunca morirá al igual que su basta y extensa filmografía compuesta por treinta filmes los cuales ninguno de ellos nunca tuvo la palabra "Fin" al terminar, pues en palabras del realizador:

"Nunca le pongo Fin a mis películas por que en ellas cuento historias y las historias al igual que los personajes no tienen fin".