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Una escena nada sencilla y muy desgastante emocionalmente, fue la que tuvo que realizar Wendy de los Cobos en su papel de Amparo, en el melodrama Vivir a destiempo, cuando le comunican que su hijo Eduardo (Luciano Zacharski) murió en un accidente en carretera.

“Va a ser un momento significativo en la vida de Amparo, porque este evento modifica la vida de cualquier persona, como pasa en la vida misma, no importa si la gente te califica como buena o mala persona”.

El trabajar con sus emociones para proyectar el sentir de su personaje en ese instante, sí fue algo complicado, comentó la actriz.

“Fue un trabajo profundo, exhaustivo, doloroso, emotivamente muy desgastante, pero al mismo tiempo enriquecedor, porque en el plano actoral llegar a ese tipo de emociones no son niveles fáciles de manejar”, comentó Wendy de los Cobos.

Para la histrión fue fundamental el trabajo que tuvo que realizar con los directores Javier Patrón Fox y Fabián Corres, para estas escenas.

“Yo recuerdo haber tenido pláticas, sobre todo con Fabián Corres, y decirle ‘Amparo está desarticulada, si tú no me dices cómo moverla, mi cuerpo no responde’”.

Para Wendy fue una sorpresa la empatía que esta villana ha logrado entre los espectadores con el paso de los capítulos, pero considera que es terrible que a partir de una situación, como la muerte de un ser querido, la gente pueda cambiar la perspectiva que tiene de ella.

“Con lo que va a suceder Amparo se ganará al público, pero a cambio de qué. Siento que desde el punto de vista humano, es muy cruel cambiar tu forma de ver a una persona, a razón de una desgracia”.