espectaculos@eluniversal.com.mx

Draco Cornelius Rosa aparece vestido de negro con guitarra en mano y se desploma sobre el sofá del hotel donde está haciendo la promoción de su último disco, Vida. Es su regreso a la agitada actividad artística —viajes, promoción, conciertos— tras curarse de un cáncer de abdomen que lo mantuvo alejado por dos años de su rutina de músico.

Se nota el cansancio tras la dura batalla con su enfermedad y el ritmo que ahora le impone la industria con la salida de Vida, que se ubicó primero en los puestos de ventas en Estados Unidos. Pero Draco Rosa —el artista conocido precozmente por las adolescentes que seguían en los años ochenta a Menudo, el de los hits mundiales en la voz de su amigo Ricky Martin como “Livin’ la vida loca” y compositor respetado por la industria del rock— suena reflexivo en medio de la intensa gira.

“No me preocupo mucho lo que pasa alrededor. Estoy viviendo lo inmediato, el momento, el resto será lo que será, no me preocupo tanto. Sé fiel a tu pasión y el resto será lo que será, está fuera de mi control; no me interesa gastar tiempo pensando en otras cosas”, comentó.

Fue justamente en medio del tratamiento que decidió reunir a sus amigos y colegas, seleccionó sus mejores canciones y con un dream team que incluye a Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Calle 13, Andrés Calamaro, Tego Calderón, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Enrique Bunbury, Maná y Shakira, entre otros, le dio forma a Vida, un intenso y emocional viaje por sus eclécticos gustos musicales, del rock a la balada épica, pasando por el rock, la guajira y el hip hop.

La música lo acompañó en ese proceso sanador hasta que le anunciaron su curación definitiva. “Todo el proceso del disco fue durante ese tiempo difícil con mi salud, pero con la ayuda de varios amigos lo pude terminar. Pensé que este disco podía ser mi último legado, lo que iba a quedar mi obra. Ahora estamos promocionándolo. Creo que es una buena muestra de mis composiciones, del 93 hasta 2010”.