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Tenían el mundo en sus manos, eran las estrellas de la pantalla, pero un instante cambia todo. Cory Monteith dejó un hueco en Glee, cuyo futuro ahora es incierto con la repentina muerte de su protagonista.

Andy Whitfield, estrella de Spartacus, fue vencido por el cáncer; la enfermedad modificó el trayecto de la serie, de la que surgió una precuela mientras el actor se trataba; el estelar terminó en manos de Liam McIntyre.

En México, Viridiana Alatriste murió en un accidente automovilístico dejando un vacío en la telenovela Mañana es para siempre, Rafael Baledón murió sin concluir la telenovela Prisionera de amor, situación que se repitió con Gerardo Hemmer, protagonista de La paloma, a cuyo personaje le dieron el mismo final que su intérprete. Libertad Lamarque falleció cuando participaba en Carita de ángel.