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Ser una película con clasificación “B-15” (recomendable para mayores de 15 años acompañados de un adulto) o bien “C” (únicamente para quienes rebasen el límite de los 18 años). Esta es la raya en la que está el filme Las oscuras primaveras, dirigida por Ernesto Contreras (Párpados azules) sobre un triángulo sexual donde hay un conflicto sobre la moral y la naturaleza humana.

Cecilia Suárez (Capadocia) interpreta a una ama de casa que tiene un negocio independiente; Irena Azuela (Quemar las naves)) será una repartidora de café que en el trabajo conoce a José María Yazpik (Colosio el asesinato), quien es un plomero.

Irene definió en su momento al filme como una historia con tintes animalescos por la forma en que se comportan en escena los personajes.

“No puedo decirlo (la decisión de orientarla a una clasificación en cines), esa es una cuestión editorial, creo que hay cosas que la llevarían a C y otras, a B. Pero es una cosa que se va a decidir en su momento”, comenta Contreras.

“Es algo que se está viendo y probaremos qué el que nos gusta más; la historia necesita contarse desde las emociones que están ahí, no pensando en si es clasificación B, C o D”, agrega el realizador.

Egresado del Centro de Capacitación y Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM), Ernesto Contreras es conocido como uno de los mejores cineastas mexicanos.

Además de ganar casi todo con su corto Ondas hertzianas y dirigir despuésPárpados azules —una historia sobre la soledad de una mujer— hizo lo propio con el documental musical Café Tacvba: seguir siendo.

Tradicional

Las oscuras primaveras se rodó en febrero de este año, en locaciones de la Ciudad de México.

La edición corre a cargo de Valentina Leduc (En el hoyo).

Y Yazpik es coproductor del proyecto hecho en 35 milímetros.

“He visto un primer corte, pero ahí está el negativo, (es) lo que se buscó y se trabajó, todos (los actores) están espléndidos y todavía falta un trecho largo”, apunta Contreras.

Reconoce que le gustaría estar en la competencia del Festival de Cine de Morelia, en octubre, pero eso dependerá de si llega a tiempo con la versión definitiva.

“Me encantaría Morelia, es una gran plataforma, pero creo que las cosas tienen sus tiempos y vamos a ver cómo evoluciona; prefiero comprometerme con lo que la película necesita”, explica el director.