A Jenni le propusieron acostarse por 300 dólares: Pedro
espectaculos@eluniversal.com.mx
Tan fuerte e imponente como su vida misma, también ha sido el legado que, a un año de su fallecimiento, dejó la cantante Jenni Rivera no sólo entre sus millones de fans, sino también en su familia que la recuerda como cantante, madre, hermana, mujer, pero sobre todo como hija.
“Es difícil, pero estamos haciendo nuestras vidas con entusiasmo y resignación porque la muerte puede llegar en cualquier momento. Continuaremos con sus proyectos porque sé que ella nos ve y le da gusto que siga siendo la número uno”, dijo su padre Pedro Rivera a EL UNIVERSAL.
Por ello, Rosy, la hermana menor de Jenni, es la que se encarga de cuidar a sus hijos y hace que la convivencia sea constante, y aunque el patriarca de la familia, Pedro, no los ve tan seguido como quisiera, señala que acostumbra visitarlos una vez cada 15 días.
Pese a los innumerables momentos de dicha que pasaron juntos, su progenitor relató dos episodios que fueron tristes pero ayudaron a fortalecer su relación.
“Cuando cumplió 15 años, éramos muy pobres y sólo pudimos comprarle un vestido barato para darle dos vueltas aquí por la colonia porque no nos alcanzó para hacerle una fiesta”, se lamentó Pedro, aunque sabe que Jenni lo tomó con cariño y amor.
Así, también recordó el momento en el que, para él, su hija se catapultó en el gusto de las mujeres con “La malandrina”, canción incluida en un disco que Jenni hizo a gusto de su papá, después de una mala experiencia.
“Le ofrecieron un concierto por 300 dólares y no alcanzaba ni para la gasolina de los dos coches, pero ella aceptó pagando lo que faltaba. Al final le dijeron que solamente le pagarían si se acostaba con una persona y volvió desilusionada a decirme que quería renunciar. Los dos lloramos; le dije que renunciara pero antes grabara un último disco como yo quería”, relató.
El video de un concierto donde Jenni interpretó temas en inglés, en el 2000, y una prenda negra que nunca más le vio usar, son los objetos más preciados que guarda Pedro Rivera, ya que una gran parte fue donada al Museo del Grammy que está en Los Ángeles.
Además de los constantes homenajes (como el de hoy en Monterrey, ciudad que era muy importante para su hija), el patriarca adelantó que el legado de Jenni continuará. Muestra de ello es el reciente disco en vivo grabado en su última presentación y materiales inéditos que, aseguró, continuarán lanzando para que el recuerdo de Jenni no se extinga.
“Claro que a veces es doloroso, sobre todo a quienes tenemos lazos de sangre; en algunas canciones nos da por llorar, espero que lo tomen bien porque está mal que critiquen otras versiones, pues las canciones cuando salen son del público”, añadió Rivera, quien se mantuvo al margen de los honores que le hizo Lupillo a Jenni, ya que para él lo importante es “mantener la figura de Jenni como un ídolo para sus fans”.