Una sonrisa permanente desde el ingreso al aula, desde que tomaba el micrófono o cuando se paraba frente a la cámara, así aparecía el docente, historiador y crítico de cine Gustavo García, quien consideraba que la historia y el séptimo arte debía ir de la mano para entenderlo, sobre todo si de cine mexicano se trataba.

"Mmtta, mano", era la manera de iniciar con una descripción casi perfecta de cada detalle que envolvía alguna imagen memorable del cine mundial y, por supuesto, del mexicano, sin olvidar películas ícono del cine nacional como "Allá en el Rancho Grande" o "Ahí está el detalle".

En las aulas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, con desfachatez, con ironía, con crítica, a veces con incredulidad y otras con reconocimiento a lo que consideraba "buen cine", García era seguido con atención por sus alumnos, muchos de los cuales tras haber egresado coinciden en que vieron el cine desde otra perspectiva tras escuchar los análisis, críticas, ironías y anécdotas que se volvían divertidas en su estilo muy particular.

"Te hipnotizaba, dejabas de ser el consumidor y pasabas a ser espectador", señala Gerardo Martínez, uno de sus alumnos y actual periodista de la Agencia de EL UNIVERSAL, quien perdido en sus pensamientos recuerda diversas anécdotas, casi todas divertidas de García.

"Alguna vez estaba platicando de sus andanzas por diversas ciudades, comenzó a mencionar detalles de salas de cine, describía los candelabros, las butacas, se preocupaba por el templo del cine, era tan apasionado que te podía hablar de una sala de cine en cualquier barrio de París, que también hablaba de cine en rancherías de Durango, él vio el cine como un ritual", refiere.

Un servidor recuerda el año 2003, ahí sentado en una silla en medio de los jardines de la UAM Xochimilco estaba García, listo para ofrecer su opinión ante las cámaras sobre la comedia ranchera del cine mexicano.

García destacaba la incipiente época del charro cantor, la mujer sumisa y el México de los festejos y las disputas graciosas entre los "machos".

Añoraba aquellos años de genialidades de "El Indio Fernández", de Ismael Rodríguez, del propio Jorge Negrete y de las picardías de cómicos, de los cuales destacaba como punto de partida las andanzas de Mario Moreno "Cantinflas".

"Mmta mad.. Cantinflas toma al pícaro español y lo trae a la Ciudad de México, una ciudad de vida nocturna, es un ambiente moderno para su época, y nos sirve para comprender a Tin Tán. Esa forma de destrozar la gramática del español para hablar mucho y no decir nada y reírte, porque tiene una intención con un contexto muy mexicano", señalaba García, lo cual detonaba en carcajadas de los estudiantes que acudían entusiastas a cada cita en el aula.

"Te platicaba las películas, te daba contexto y te daba chismes, propiamente te enseñaba, te daba el contexto, te llevaba a entender las películas, a juzgarlas, la ironía, cuando algo no le agradaba se burlaba de manera divertida, a partir de sus clases entendí bien el concepto del espectador", reitera Gerardo Martínez.

Este jueves se apagó la voz del crítico, historiador y académico cinematográfico oriundo de Chiapas, quien nació en 1954. Sin embargo, las carcajadas, ironías y anécdotas de su incipiente trayectoria seguirán vivas en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de escucharlo, verlo o de intercambiar un momento de charla con él y las seguiremos disfrutando.

rqm