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Magia y ciencia se han conjuntado para recrear en escena el fantástico mundo de Oz, donde las brujas Glinda y Elpahaba contarán su historia de amistad y desencuentro, a través del musical tres veces ganador del premio Tony, Wicked.

Engranes, escaleras, estructuras de acero, poleas y hasta un enorme dragón con sus alas mecánicas extendidas en las alturas es lo que el público podrá apreciar desde cualquiera de las mil 400 butacas que componen el aforo del Teatro Telcel, sintiéndose inmersos en el mundo de Oz.

Nick Franco, diseñador asociado de Wicked, que estrenará mañana, explicó que la inspiración para este escenario surgió de un pasaje del libro de Gregory Maguire, que lleva el mismo nombre que el musical, en el que un hombre viene a la ciudad con un carrito que porta un teatrino, cuya mayor atracción es un dragón y un reloj en su decorado, y por medio de este instrumento puede adivinarle el futuro a la gente que lo vea.

"Eugene Lee, el diseñador, se inspiró en esa idea porque Elpahaba es una persona pequeña en un gran mundo malvado, y pensó que, si la obra se iba a tratar de dos personas que se iban hacer amigas, necesitaba ese contexto, y funciona con la idea del mago que no tiene magia real sino es algo mecánico y de ilusionismo", comentó Nick Franco.

Por eso ningún truco es oculto y el espectador podrá ver cómo funciona cada uno de los elementos del montaje, desde una gran máscara por la cual el mago se comunica, hasta la burbuja en que Glinda se encuentra.

"El piso está construido especialmente para que se vean las líneas, cómo los muebles y la escenografía entran y salen; en las torres que van y vienen se ven los engranes; parte de la diversión es ver cómo está funcionando", explicó.

Todo se podrá ver excepto lo que pasa con la chica verde.

"Va a contrastar con Elphaba, que tiene magia de verdad", señaló Franco y agregó que las personas no sabrán de qué forma se sucede la magia real.

Matt Biltgen, jefe técnico de Wicked, explicó que uno de los efectos más complicados es durante el vuelo de Glinda en la burbuja, "porque son dos efectos, es operado por automatización y también un técnico, además de que una persona está sobre la burbuja; es una cosa complicada, pero segura", precisó Franco.

La fuerza humana y la tecnología tienen cabida en Wicked porque hay elementos que deben empujar y sacar manualmente, no todo es automático; además, alrededor de mil piezas de utilería complementan el escenario.

El especialista comentó que el set que se utiliza en la producción de México es el mismo que se usó en San Francisco y que ya se encontraba en bodega, así que se decidió usarlo por una sencilla razón: "Porque construir una escenografía de cero tendría un costo de 17 millones de dólares, entonces era más barato traer la que ya se tenía", agregó.

Pero aseguró que el público tendrá la misma calidad que la producción de Nueva York y de las que están de gira por el mundo.