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Todos reunidos alrededor de la mesa para ser parte de La última Cena, comiendo como mendigos, devorándose con la mirada unos a otros y conspirando contra su semejante.

Con esta provocadora imagen del filme Viridiana, el realizador español Luis Buñuel soprendió al mundo en 1961. Es una historia que habla de la pérdida de la inocencia, la cual logró catapultar la carrera de Silvia Pinal, quien hoy lo recuerda de forma emotiva a 30 años de su muerte.

La actriz recordó a Buñuel como un ser mágico, extraño, inteligente, provocador, con un sentido del humor ácido e inteligente que hizo que fuera reconocido en todo el mundo.

"Son tantos recuerdos que tengo de él, unos rápidos, otros cortos, pero todos maravillosos; trabajar con él era pasar a otra dimensión, era estar en las grandes ligas, pues era muy reconocido en Europa", relató la actriz a EL UNIVERSAL.

Pinal, quien trabajó en tres de los filmes más importantes de Buñuel, dijo que pese a las limitaciones económicas que el realizador sufrió para levantar cada uno de sus proyectos, la genialidad y talento que emanaban de él siempre quedó de manifiesto.

"Cuando filmamos Viridiana no había dinero y don Luis tuvo que caracterizar a un miembro del staff y a una costurera para que salieran en el filme como mendigos", dijo.

Al recordar cómo llegó a su vida este proyecto que marcaría el inicio de una corta pero fructífera mancuerna con el realizador español, Pinal precisó que conoció a Buñuel cuando éste adaptaba la novela Tristana, que no pudieron realizar por falta de presupuesto y de productores.

No obstante, tiempo después, cuando la actriz contrajo matrimonio con el empresario Gustavo Alatriste, le pidió a éste trabajar con Buñuel, por lo que juntos emprendieron un viaje a España a proponerle el proyecto que se convertiría en Viridiana, la única película de habla hispana con una Palma de Oro del Festival de Cannes.

Antes de que Buñuel realizara este trabajo, ya era conocido en México, pues en 1950, con cintas como Un perro andaluz y La edad de oro bajo el brazo, el cineasta filmó Los olvidados, una de sus obras maestras, con la que obtuvo el premio a Mejor director en el Festival de Cine de Cannes, certamen al que Silvia Pinal llegó una década después a presentar Viridiana.

El ojo crítico del cineasta se puede constatar en los más de 30 filmes que realizó y con los que logró ser uno de los artistas surrealistas más importantes de su época.

La década en que trabajó Luis Buñuel en Viridiana(1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965), es la época a la que Pinal regresaría sin pensarlo dos veces. "Era un director con el que todos morían por trabajar, era tan culto, tan creativo y lo más importante es que tenía un humor muy ácido para relatar sus historias".