Desde su silla de ruedas, el cineasta Bernardo Bertolucci lanzó hoy una emotiva petición a las autoridades de Venecia para que eliminen las barreras arquitectónicas que impiden tener una vida normal a las personas con minusvalías físicas.

"Ayer recibí una carta de una niña de nueve años que se llama Matilde, que tiene una enfermedad neuromuscular, vive en la ciudad más bella del mundo, Venecia, pero no puede disfrutarla", señaló Bertolucci durante la rueda de prensa del jurado de la Mostra de Venecia, tras la entrega de los premios de la 70 edición.

El realizador pidió en su nombre y en el de la Mostra que las autoridades de Venecia pongan a disposición de las personas con problemas de movilidad las rampas y ayudas que se instalan durante el verano para facilitar el tránsito de los turistas, especialmente en los puentes de la ciudad de los canales.

"Es difícil vivir una Venecia que está solo limitada a la casa en la que se vive", lamentó Bertolucci, que destacó que a él, como parte del jurado de la Mostra, le han facilitado sus movimientos para reducir al máximo los obstáculos al paso de su silla de ruedas.

Espero, agregó, "que se pueda ayudar a mucha gente a vivir la vida con un poco más de felicidad y de dignidad".

Bertolucci está en una silla de ruedas desde hace 10 años por una lesión de espalda y para esta 70 edición de la Mostra realizó un cortometraje, dentro de un proyecto para celebrar el aniversario del festival, en el que mostraba las dificultades de movimiento para las personas que viven en esta situación.

Scarpette rose es el título de unas preciosas imágenes en las que se ven las ruedas de una silla de ruedas y los pies de la persona que va en ella.

Apenas unos segundos para mostrar las dificultades a las que se enfrentan las personas que necesitan de este vehículo para moverse y cuya eliminación pidió hoy Bertolucci.

sc