Melendi lleva la música en el corazón y en la piel

. (Foto: AGUSTÍN SALINAS EL UNIVERSAL )
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Melendi es ese músico que es un hombre de familia pero que tiene toda la pinta de un roquero, es alfombra y es piedra a la vez. Independiente y responsable, todo en un solo ser, trae a nuestro país su nuevo disco titulado Lágrimas desordenadas, su segundo disco presentado en México aunque lleva seis ya grabados a lo largo desu carrera musical.
“Cada disco mío es un reflejo de la etapa que esté atravesando. Este vendría a ser el más romántico aunque tiene tintes de humor con ironía”, declara Melendi.
El cantautor español analiza que reírse de uno mismo es lo mejor que puede hacer uno para soportar las injusticias de la vida y el mundo.
“Hablo de amor y desamor en mi álbum, pero también denuncio socialmente como en: ‘De repente desperté’ o en ‘La tortura de Lyss’, en donde toco el tema del abuso infantil. Es como un psicoanálisis puro y duro de mi mismo”, refiere el cantante ibérico y agrega.
“En ‘Gatos celestes’ se cuenta una historia que puede pasar en cualquier discoteca o antro de vicio, de cualquier parte del mundo. Una canción de amor es ‘Cheque al portador’ pero una de desamor sería ‘Tu jardín con enanitos’”, comparte sonriendo Melendi.
Marcado con tinta especial bajo la piel de sus brazos, el izquierdo viene a ser como la parte experimental de su vida en sus múltiples tatuajes.
Conforme se iba marcando el cuerpo hacia su brazo derecho, su vida se fue nivelando.
“Tienen mucho de adictivo los tatuajes, siempre es recomendable hacérselos uno con un significado, con plena conciencia o tarde que temprano puedes arrepentirte”, reconoce Melendi, a él le pasó.
Entre sus más queridos tatuajes se encuentran los nombres de sus mujeres más queridas en la vida.
“Tengo surtido rico de tatuajes en todo mi cuerpo superior y en mis piernas. Nunca me arrepentiré de ponerme el nombre de mi hija Carlota, el de mi madre, mi abuela, mi hermana y el de mi esposa”, confiesa divertido Melendi y dice.
“A veces me veo en el espejo y ya estoy pensando qué pedazo de piel me falta por cubrir con algo. Es algo adictivo, y yo me engancho con cualquier cosa”, puntualizó.





