josue.arellano@eluniversal.com.mx 

A 200 metros de la tumba de Pedro Infante un grupo de dolientes llora la muerte del grupo sensación: “Los Héroes del Norte”.

En el Panteón Jardín los dolientes se cuentan por centenares. Entre ellos destaca José Manuel Figueroa, Paty Navidad, Alma Cero, los luchadores Los Clown, todos lamentando el deceso de Botarga, Apolinar, El Faquir y El Menona mientras Zacarías III demabula con collarín y muletas.

“¡Quiero irme con mi nieto, déjenme estar con él!”, grita la abuela de Botarga mientras amenaza con tirarse a la tumba.

Las notas del grupo Colmillo Norteño se escuchan mientras las flores y coronas desfilan. No es cualquier funeral, se trata de los ídolos de la música.

Márgara (María Aura) llora amargamente a su “Chaparrito”, mientras don Pascasio (Alejandro Calva) la consuela: “Recuerda que un clavo saca otro clavo... Bueno, éste era tornillito”, dice.

En el grupo de dolientes hay cuatro muy singulares, cuyas semejanzas físicas con los acaecidos causan sospecha entre la muchedumbre.

“¡Quítenme a éste que me quiere abrazar!”, reclama la abuela de Botarga a uno de estos personajes.

“Revelaremos si éstos se murieron o qué ocurrió”, promete Gustavo Loza, director y productor de la serie más exitosa de 2011.

En el mismo camposanto donde descansan los restos del ídolo de Guamuchil algo huele mal. La verdad será develada en la pantalla de Bandamax, en las primeras semanas de agosto.