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Un par de cervezas, un tequila y el platillo cuyo nombre presumía señoría, “Cecina del patrón”, fueron parte de las muestras de gratitud que Silvia Pinal dio a Guillermo Capetillo en un restaurante en la colonia Nápoles.

La actriz invitó a comer al matador, quien el 11 de diciembre le brindó al toro Landa en la Plaza México, y aprovechó para compartir con EL UNIVERSAL su sentir ante la iniciativa de ley antitaurina que impulsan algunos legisladores y organizaciones varias en el país.

“Respeto todas las opiniones cuando son legítimas, está bien que a la gente no le guste la fiesta de toros, eso es muy respetable, no puedes obligar a alguien a que le guste algo, pero de ahí a que surja una ley que se promueva con otros objetivos atrás, utilizando la fiesta de toros, y moviendo gente que tiene toda la ignorancia del mundo y sólo argumentan de forma vacía, me hacen pensar que son razones políticas”.

El también actor declaró que incluso ha sido agredido por quienes están en contra de la fiesta brava.

“En general están con una gran ignorancia. Siguen una corriente de una manera necia, grosera, agresiva y con faltas de respeto. Me tocó en una manifestación en la embajada española, tratando de tener un diálogo con estas personas, que son cerradas y empiezan a agredir; no sabes si te quieren pegar, quieren pelear y en lo particular no me parece bueno”.

Listo para Lidia de amor

Guillermo se prepara su salida al ruedo en Tepeapulco, Hidalgo, el próximo domingo, y su posible retorno a la temporada grande en la monumental Plaza de Toros México, pero el mes próximo retornará a la actuación.

“En febrero me confirmaron una actuación con Carlos Moreno en Lidia de amor, y estoy contento por eso”, manifestó Capetillo, quien negó que la trama del melodrama gire en torno a la fiesta brava.

“Sé que se va a desarrollar en una ganadería, no es precisamente una cosa taurina, pero la trama y el romance suceden en una ganadería de toros de lidia”.

Silvia Pinal y el matador compartieron la mesa con el empresario taurino Rafael Herrerías y el presentador Juan José Origel, quienes aprovechando la sobremesa y entre tiempos platicaron, sin protestas, ni manifestantes, de un tema que les apasiona: la fiesta brava.

“Tengo el gusto de conocer a Silvia desde hace mucho tiempo y por eso le brindé el toro. Hoy celebro reunirme con gente que quiero, pero que además comparte conmigo la pasión por la fiesta taurina, sin necesidad de polemizar o enfrentarnos por nuestro gusto”, dijo Capetillo.