Alejandra Musi @Enviada

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CANNES.— Filmada al ciento por ciento durante un año en el cementerio de Sinaloa llamado “Los jardines de Humaya”, El Velador es el nuevo documental de la directora mexicana Natalia Almada famosa por El General, una pieza en la que muestra la vida de su bisabuelo, el presidente Plutarco Elías Calles, que se presentó en la Quincena de los Realizadores y dejó en los espectadores muchas preguntas sin resolver, de la misma forma que lo hace la violencia que se sufre en México.

El filme que se adentra en la vida de las personas que trabajan en ese panteón y en concreto en la figura de su velador, para observar lo que es el día a día de la gente que interactúa con la muerte y la consecuencia final de la violencia.

El ir y venir de los muertos con sus viudas, niños y seres queridos, es la constante de un cementerio en el que no importa quién perdió la vida ni quién fue el culpable, sino el dolor que la muerte deja en los familiares y conocidos pero sobre todo, el porqué.

En El Velador los diálogos apenas existen, aun así, Almada logra captar la tensión que existe en el lugar en el que está enterrado el capo Beltrán Leyva.

En una entrevista para EL UNIVERSAL tras la proyección de la película a la prensa y el público, la directora contó cómo fue rodar en un cementerio.

“Es un lugar en el que la mayoría de la gente que está ahí sufre un luto, los entierros ocurren de repente y a veces hay fiestas con música de tambora en la noche. Un lugar impredecible en el que no sabes realmente qué verás”.

También aseguró que el proceso del rodaje fue de mucha paciencia y cautela. “Había que cuidar mucho no estar en el lugar ni en el momento equivocado porque podía ser muy peligroso. Pero la verdad es que los albañiles, el velador y toda la gente de ahí me cuidaron mucho. Me acogieron, me protegieron. Mi asistente es de Culiacán y siempre estaba pendiente de ver qué sucedía y, si había alguna cosa delicada o peligrosa, me avisaba, yo siempre le hacía caso. Logré filmar un año hasta que llegó un día en el que me dijeron ‘mejor ya no Natalia’ Y lo entendí. Por suerte ya tenía material suficiente y con eso trabajé”.

Tocada por Miss Bala

Para la directora el pasar tanto tiempo en un cementerio no fue tan duro como podría parecer. “Me fascina filmar y ser yo misma quien lleve la cámara porque disfruto mucho ese proceso, así como el de la edición. Entras en ese mundo, te enfocas y listo. No es que no pienses en lo que estás viendo y en lo que sucede sino que lo aceptas y te concentras en el hacer. Las emociones vienen cuando te vas”, contó y dijo sentirse muy tocada por la película de Gerardo Naranjo, Miss Bala.

“Me afectó muchísimo porque de repente regresé a ese entorno y dije ‘¡auch!’. Es algo que lleva tiempo digerir”.

Y, si de algo se ha hablado mucho este año es de cómo las tres películas mexicanas que participan en Cannes retratan de alguna u otra manera la violencia que vive el país. Aseguró: “Es inevitable porque es algo que está pasando. No estoy de acuerdo en que esto se ha utilizado para decir que los cineastas se están aprovechando de la situación para hacer películas. Se me hace muy injusto porque todos son proyectos serios, que tienen una mirada bastante crítica y un compromiso con la situación. Lo importante es ver cómo entre todas estas cintas se ha creado un diálogo para tratar el tema de la violencia”.

También recordó cómo el tema de las drogas y la violencia existe desde hace décadas, pero con diferentes matices. “Ahora se está haciendo un cine más artístico, de alguna manera, pero las películas de los Almada y los corridos empezaron en los 70. Es una realidad que siempre se ha reflejado en el cine y en la música; es normal hablar de lo que nos pasa y lo que vivimos”, dijo.