Acostumbrada a los desnudos en el cine
DESNUDO. Es la primera vez que muestra su cuerpo. (Foto: ESPECIAL )
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Dice Anne Hathaway que desde pequeña vio cine con desnudos, así que cuando se le ofreció el protagónico en De amor y otras adicciones, donde requería hacer alguno, de inmediato aceptó.
“Sabía que a mis padres no les encantaría, pero también sabía que la razón por la que me siento tan cómoda con la desnudez es que me permitieron ver películas con desnudos de niña”, cuenta en una entrevista difundida por la distribuidora Fox.
“Nunca me pareció raro ni excepcional, así que creo que tienen que mantenerse firmes en sus lecciones y valores”, añade Hathaway. Es la primera vez que la actriz de 28 años muestra su cuerpo, catalogado por varios como uno de los más agraciados en la meca del cine.
Antes de ello había enseñado algo de su pecho en Secreto en la montaña, su lado sexy en Día de los enamorados o sus torneadas piernas en la versión fílmica de Súper Agente 86.
Ahora en De amor y otras adicciones, Anne interpreta a Maggie, una artista que padece Parkinson y está decidida a no acercarse emocionalmente a nadie, reduciéndolo a experiencias sexuales. Pero cuando conoce a Jamie (Jake Gyllenhaal), un vendedor de viagra, su visión cambia. “(La película) Es auténtica. Conozco a gente que se conoció por el sexo y terminó enamorándose”, dice Hathaway.
¿Qué tan difíciles fueron las escenas de sexo entre tú y Jake?
Fue maravilloso saber que estaba trabajando con un caballero y alguien que tiene un profundo amor y aprecio por las mujeres.
Cuando hacíamos las escenas de amor hablábamos simplemente de los libros que estábamos leyendo y discutíamos de música. Fue muy inocente y asexual.
Hay mucha desnudez en la película, ¿fue desmoralizante?
Ciertamente no es parte de mi rutina, pero es la película que acordé hacer, así que estaba preparada desde el principio. Trabajamos la forma en que lo íbamos a hacer y porqué era importante, y también sobre qué nos sentíamos cómodos haciendo.
Ed Zwick (el director del filme) fue genial; es muy caballeroso y comprensivo. Ambos sentimos que la desnudez era una parte importante de la historia, así que en realidad no se sintió tan pesado. No hubo juicios ni vergüenza en nada de esto.
¿Específicamente cómo trabajaste ese aspecto de la película?
Creímos que debería haber desnudos en la película porque son dos personas que se vuelven físicamente íntimas con mucha rapidez. Su intimidad emocional no ocurre hasta ya adentrados en su relación. Pensé que si literalmente voy a tratar de actuar y me voy a estar preocupando, pensando: “No puedo voltear así porque voy a enseñar una parte de mi seno que no he negociado” arruinaría toda la experiencia. Así que me senté con Jake y con el director y les dije: confío en ustedes, en que son caballeros y no van a aprovecharse de la situación. Filma lo que quieras.
Maggie tiene la enfermedad de Parkinson. ¿Qué tan integral fue su condición a tu interpretación del personaje?
Tenía que entender quién era ella y cómo respondería a la noticia de que tiene una enfermedad que le quitaría el control de su propio cuerpo.