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La jarocha que es considerada la “Abuelita del cine mexicano”

Patricia García Clínica de Periodismo| El Universal
Miércoles 08 de septiembre de 2010
La jarocha que es considerada la Abuelita del cine mexicano

. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )


Sara García Hidalgo se convirtió en una gran leyenda del cine mexicano y hoy se cumplen 115 años del nacimiento de la gran actriz en 1895 (aunque algunas fuentes indican que 1896).

Sara García siempre tuvo preferencia por el melodrama y la tragedia, probablemente porque su vida siempre se encontró marcada por eventos difíciles, como el haber sido la única sobreviviente de los 11 hijos que procrearon sus padres.

Originaria de Orizaba Veracruz, sus padres fueron unos españoles procedentes de Andalucía, Isidoro García Ruiz y Felipa Hidalgo Ruiz. Su padre fue arquitecto, sin embargo, también dedicó una parte de su vida a la actuación teatral.

Isidoro era dueño de una fábrica de papel maché, pero continuaba realizando actividades propias a su profesión; un día, mientra realizaba un trabajo de restauración en lo alto de una Catedral de Monterrey, tuvo un accidente cuando al sufrir una embolia perdió el equilibrio y cayó.

Después de un tiempo de hospitalización, la situación de su padre no mejoró y a pocos días de haber sido internado murió de un infarto. En ese tiempo un matrimonio español, los González Cuenca, que Isidro había conocido en una de sus visitas a la ciudad, le brindaron ayuda a Felipa y a Sara y se las llevaron a vivir con ellos. Ahí, Sara conoció a la hija mayor del matrimonio, Rosario, de su misma edad y se hicieron grandes amigas, hasta el punto en el que ya siendo adultas Sara la presentaba como “su hermana de sangre”.

Su carrera artística empezó a la par del surgimiento del cinematógrafo. En 1917, Sara llegó al cruce de la Avenida Juárez y Balderas, donde se encontraban los estudios de cine Azteca Films,, donde quedó maravillada con la magia de las cámaras y luces, lo que llamó la atención del director Joaquín Coss, quien la invitó a participar en una pequeña parte de la película En defensa propia y con esto hizo su debut en las pantallas.

El talento de la actriz dejó satisfecho a Joaquín Coss, por lo que la invitó a formar parte de su siguiente película. Con ello, la carrera de Sara comenzó a tomar fuerza y más tarde se integró al teatro Virginia Fábregas, compartiendo créditos con prestigiados actores de esa época. Y fue justo en entonces, en la compañía Mercedes Navarro, donde conoció a Fernando Ibáñez, su esposo, con quien procreó a su hija Fernanda Mercedes.

Al nacer su hija, Sara decidió alejarse temporalmente de los escenarios, pero su matrimonio terminó cuando descubrió que su esposo tenía amoríos con la jefa de reparto de la compañía.

La actriz regresó a los sets de filmación en 1933 con películas como Pulpo humano y La sangre manda; su talento y personalidad hizo que los directores la situaran en papeles tanto de madre sumisa y abnegada como de mujer estricta y exigente, como en Malditas sean las mujeres y No te engañes corazón.

Pero fue con la interpretación del personaje de una viejecita, en la obra teatral Mi abuelita la pobre, cuando Sara García sorprendió a propios y extraños al extraerse toda su dentadura, con el fin de crear este personaje, que fue el parteaguas para el nacimiento de su mítico personaje de abuelita.

En 1936 , Sara García tuvo su primera aparición estelar en Así es la mujer, seguida de No basta ser madre en 1937, película donde debutó su hija. Por petición de su madre, Fernanda fue incluida como coprotagonista de Jorge Negrete en la película La madrina del diablo, que marcó el debut del charro cantor, en 1937.

Mientras Sara gozaba de su exitosa carrera, a dos años de matrimonio y embarazada su hija Fernanda, ésta enfermó de tifoidea y murió el 17 de octubre de 1940 sin la presencia de su madre, quien se encontraba trabajando en la ciudad de México. Esto causó gran depresión en la actriz, quien se alejó por un tiempo del teatro y el cine.

Joaquín Pardave fue una de sus parejas clásicas en el cine de oro. Después de realizar El ropavejero, Sara estelarizó Los tres García, del director Ismael Rodríguez, donde su personaje de la abuela “Luisa” la convirtió en “la abuelita del cine mexicano”. En Los tres García y Vuelven los García, era la abuelita estricta, imponente y decidida en todo lo concerniente a sus nietos, interpretados por Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza.

Pese a que en sus personajes Sara daba la imagen de una dulce y tierna abuelita, se dice que en la vida real era una mujer de fuerte temperamento y que tenía cambios bruscos de carácter.

Sara despertó dos grandes rumores a lo largo de su carrera, en uno de ellos se le relacionaba sentimentalmente con el actor Fernando Soler.

El segundo fue la notable cercanía que mantuvo la actriz con su amiga y ama de llaves Rosario, lo cual despertó en la prensa los rumores que pusieron “en entredicho” la orientación sexual de la actriz. Y aunque las sospechas crecieron aun más cuando se descubrió que no existía ningún parentesco entre ambas, ellas mantuvieron su larga amistad hasta el día en que Sara falleció.

La última aparición de Sara García en cine fue en 1980, en la película Sexo vs. sexo. A finales de ese año, cuando Sara se recluyó en su casa para vivir de sus recuerdos, enfermó y al tratar de levantarse de la cama cayó y se lastimó una costilla, por lo que tuvo que ser hospitalizada y días después, cuando parecía mejorar, sufrió un infarto y murió el 21 de noviembre de 1980. Su funeral fue público y asistieron un gran número de personas.

Actualmente, son su sobrino Óscar Ibáñez, y el periodista Enrique Vidal, quienes se encargan de las regalías que generan el trabajo de toda la vida de una de las grandes divas del cine mexicano.

 

 

 



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