Washington-La Habana, nexos de amor y odio
Video. Los habitantes de la isla aseguran que este acercamiento entre ambas naciones será benéfico para el país
AFINIDAD. Un taxista levanta las cortinas de su vehículo, donde lleva colgada una bandera estadounidense, después de un día de intensa lluvia, en La Habana. (Foto: ALEXANDRE MENEGHINI / REUTERS )
Cuba y Estados Unidos, que se sentarán hoy y mañana a iniciar un histórico y trascendental proceso de solución de 56 años de rivalidades entre países cercanos en la geografía pero distantes en la política, arrastran 106 años de una relación de amor y odio.
Emisarios de los presidentes de EU, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, empiezan en La Habana una ronda de negociaciones para avanzar en la decisión anunciada el 17 de diciembre de normalizar los vínculos. Los enviados debatirán primero asuntos migratorios y luego relaciones diplomáticas. Ayer el Departamento estadounidense de Estado señaló que el restablecimiento de estos nexos es un “paso clave” para la implementación de los cambios en la relación bilateral.
Por parte de Cuba, un funcionario del Ministerio de Exteriores dijo que se le pedirá a Washington sacar a la isla de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo antes de restablecer relaciones. Además, el funcionario, que no estaba autorizado a dar su nombre, dijo que “Cuba no está normalizando relaciones con Estados Unidos. Cuba está reestableciendo relaciones diplomáticas con Estados Unidos. El proceso de normalización es mucho más largo, mucho más profundo”.
¿Por qué no hay una calle Ñ en La Habana y el béisbol es el deporte nacional cubano? ¿Por qué los cubanos aún utilizan, en su fonética en español, las palabras “frigidaire” para referirse a un refrigerador? ¿Por qué visten con un “pulóver” que compraron en una “chopin”? ¿Por qué se preocupan por comprar un “kei” para festejar los cumpleaños ? Como la letra eñe no existe en inglés, tampoco hay una calle con esa letra, y la “pelota” es la pasión deportiva de Cuba... todo es un legado de la fuerte influencia de Estados Unidos de 1899 a 1959.
A 150 km al sur de EU, Cuba se convirtió por más de 60 años en una plaza bajo dominio total de Washington… y de las mafias italiano-estadounidenses y judías, en una mezcla de garito, prostíbulo, base del contrabando de drogas y un largo listado de negocios sucios, un mercado de corrupción política.
Luego del triunfo de la revolución en 1959, Cuba registró un cambio total en sus estructuras de poder, y la interferencia estadounidense en su sociedad sufrió una acelerada disminución que se intensificó cuando Washington decidió, en enero de 1961, romper relaciones con La Habana, y, en febrero de 1962, imponerle un embargo total al régimen cubano.
Una fracasada invasión anticastrista con patrocinio de la Casa Blanca y lanzada en abril de 1961 desde Centroamérica a bahía de Cochinos, en el sur de la isla, y una crisis en octubre de 1962 con riesgo de conflagración nuclear por el plan soviético-cubano de instalar misiles de la Unión Soviética en suelo cubano, agravaron el distanciamiento.
Aunque en 1960 comenzó la llegada de soviéticos como nuevos socios de La Habana, y después de búlgaros, húngaros, rumanos, polacos, yugoslavos, alemanes orientales —en una alianza que acabó en 1991 con la desaparición de la URSS—, la herencia del campo socialista de Europa del Este es mínima en comparación con la que todavía persiste de EU y que sigue en crecimiento.
Los antiguos aliados del bloque soviético dejaron en la isla desde automóviles Polsky—“polaquitos”, manufacturados en Polonia—o Lada de la URSS, pasando por infraestructura industrial (ya obsoleta) y numerosos matrimonios. En muchos hogares todavía se muestran las famosas matrioskas (muñecas rusas). También abundan los nombres rusos y de otras áreas de Europa del Este.
Pero ninguno supera la influencia estadounidense: ni primero los comunistas europeos ni luego los chinos, que ante la caída del bloque soviético llegaron a intentar rescatar la colapsada situación socioeconómica cubana, ni los venezolanos y sus socios de la resurgida izquierda latinoamericana, que comenzaron a irrumpir a partir de 1999 de la mano del fallecido Hugo Chávez.
De buenos y malos
El régimen de Fidel Castro propaló entre la población cubana el principio de que “los malos” estaban en EU —con toda la carga política que envolvía al exilio anticastrista de Miami o “gusanera”— y que “los buenos” eran otros: primero los soviéticos y demás socialistas europeos. Después, los chinos y los venezolanos. Pero para los cubanos “de a pie”, las cosas buenas (como los automóviles fabricados en EU hace más de 56 años que circulan en la isla o los electrodomésticos) vinieron de donde “los malos”, mientras las cosas malas llegaron de donde “los buenos”: los autos, aires acondicionados o ventiladores de fabricación soviética, polaca o búlgara no funcionan o están destartalados.
Además, de donde están “los malos” llegan 2 mil 700 millones de dólares al año en remesas familiares y allí —especialmente en Florida New Jersey— viven más de un millón y medio de cubanos que, por una u otra vía, están cada vez en mayor contacto permanente con sus parientes en su tierra natal, a los que llevan o envía diversos artículos.
Ahora, con la flexibilización de las antiguas restricciones, las cifras del turismo de “los malos” aumentarán. Las viejas visas y el ferry La Habana-Miami-La Habana, vía prerrevolucionaria usada para huir de la isla, quedaron en el recuerdo como parte de las dosis de amor y odio entre países cercanos… pero lejanos. Con información de agencias