En medio de una crisis financiera y de abastecimiento sin precedentes, el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó ayer la ocupación y detención de los dueños de la cadena de supermercados Día a Día, entre otros distribuidores de alimentos a los que acusa de retener mercaderías en contra de la ley.

El encargado de liderar los grupos de ocupación de los supermercados fue el cuestionado presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello, quien desde hace días es acusado de liderar la organización de narcotráfico llamada Cártel de los Soles. “Estamos ocupando temporalmente estos centros para garantizar el abastecimiento de los productos de primera necesidad al pueblo Venezolano”, dijo Cabello en la madrugada de ayer al tomar un almacén en La Yaguara, Caracas, donde según el funcionario había más de 2 mil 500 toneladas de alimentos y productos básicos almacenados.

“Nos sorprende ver la cantidad de productos de las Empresas Polar (la cervecera más grande del país). Es muy fácil encontrarlos aquí, cuando en otras instituciones, incluidas las del Estado, es imposible verlos”, agregó. El desabasto, que ha empeorado en los últimos dos años, el abultado déficit fiscal y la caída de los precios del petróleo, sumados a la crisis política, convirtieron al país en un “barco sin timón”, dijo el analista Carlos Blanco, para quien “la guerra económica es otro fuego de artificio de la revolución que se quedó sin munición”.

Maduro dijo ayer que pedirá el apoyo de la Unasur y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para que coordinen un acercamiento con su par estadounidense Barack Obama, al afirmar que desde el gobierno de Washington se conspira para derrocarlo.

En tanto, la “Mesa de la Unidad Democrática”, que agrupa a más de una decena de partidos y organizaciones de la oposición, interpuso ayer en el Tribunal Supremo de Justicia un recurso para solicitar la nulidad por inconstitucionalidad y “retroceso en materia de derechos humanos”, de una resolución que permite a los militares venezolanos utilizar armas de fuego como último recurso en las protestas. Con información de agencias