Caracas.— Simpatizantes del opositor venezolano Leopoldo López, encausado bajo acusaciones de instigar las protestas contra el gobierno entre febrero y mayo de 2014, recordaron ayer al dirigente al cumplirse un año de su encarcelamiento, después de entregarse pacíficamente a las autoridades.

Dirigentes del partido de López, Voluntad Popular, seguidores y familiares realizaron una concentración en una plaza de Caracas, que fue acordonada desde temprano por fuerzas del orden, donde pidieron su excarcelación.

La esposa de López, Lilian Tintori, pidió a los simpatizantes de su esposo vestir ropas blancas y los partidarios de Voluntad Popular la acompañaron en ese pedido. Tintori recordó que antes de entregarse a la fuerza pública, López dio un discurso en el que dijo: “Si mi encarcelamiento vale para el despertar del pueblo, bien valdrá la pena”.

Mientras tanto, López se encuentra en una fría y húmeda celda de dos metros de largo por dos metros de ancho, en la cárcel militar de Ramo Verde, cerrada con una puerta de acero que sólo permite visualizar el exterior a través de una pequeña rendija a la altura de los ojos

Su detención ha desatado numerosas reacciones de organismos internacionales, grupos humanitarios y de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia que han abogado por su liberación por considerarlo un preso político, mientras el presidente Nicolás Maduro ha dicho que el arresto de López, al que llama el “monstruo de Ramo Verde”, es una acción apegada a la justicia por considerarlo responsable de la muerte de 43 personas y las lesiones de 878 ocurridas en las protestas del año pasado.

Su detención, hace un año, fue tal vez el momento más cinematográfico de la oposición: el líder fue filmado y fotografiado mientras le daba un beso de despedida a su mujer antes de ser arrestado en medio de una multitud de seguidores. Las protestas decayeron meses después de que López fuera llevado a la cárcel pero la ironía, para muchos, es que las cosas en Venezuela han empeorado desde entonces por los severos problemas de desabastecimiento y una recesión que amenaza con agudizarse. Agencias