Ciudad del Vaticano.— La tensión entre Turquía y la Santa Sede iba ayer en aumento, luego de que el papa Francisco se refiriera el domingo al “genocidio” armenio, con el canciler turco, Mevlüt Çavusoglu, señalando que usar ese término en el contexto de lo ocurrido hace un siglo en Turquía revela una postura “contradictoria y discriminatoria” por parte del Vaticano.

Por su parte, el Papa declaró ayer en una misa en El Vaticano que la Iglesia debe de ser “franca”.

En declaraciones a la agencia de noticias turca Anadolu desde Mongolia, el ministro insistió en la versión oficial turca de los hechos que ocurrieron hace 100 años. Turquía considera las masacres de armenios cristianos entre 1915 y 1917 sólo como un conflicto armado más dentro del contexto de la Primera Guerra Mundial, en el que también murieron muchos musulmanes.

Las palabras del Papa “revelan una discriminación de los musulmanes y turcos frente a los cristianos... Las medidas que se tomen (contra el Vaticano) se harán públicas después de nuestras deliberaciones”, advirtió el jefe de la diplomacia turca.

Ayer mismo se dio a conocer el texto de la nota de protesta turca presentada el domingo. “En la misa oficiada por el papa Francisco, dedicada a los armenios, se instrumentalizó la historia para fines políticos”, afirma el documento, que subraya que es “inaceptable” lo dicho por el Papa sobre “el genocidio de los armenios”.

La nota de la embajada turca explica que “el genocidio es un concepto jurídico”, que “las reivindicaciones (armenias) no satisfacen los requisitos de ley” y que como éstas tienen como fundamento sólo “una difundida convicción, siguen siendo sólo calumnias”. En otra de sus partes la nota señala que “el Papa también se refirió a los trágicos eventos que han tenido lugar en Bosnia y Ruanda definiéndolos como homicidios de masa”, porque “son reconocidos como genocidios por los tribunales internacionales competentes”.

Por su parte, en su misa matutina, Francisco respondió indirectamente al gobierno de Ankara. “El camino de la Iglesia es el de la franqueza, el de decir las cosas con libertad”, afirmó, no sin antes agregar que para “los cristianos no existen alternativas a la verdad, hasta para las verdades incomodas”, porque el Espíritu Santo es el único capaz de hacer “cambiar nuestro comportamiento, la historia de nuestra vida y darnos valor”.

“Nosotros no podemos callar aquello que hemos visto y oído” . Recordando a los apóstoles Pedro y Juan, dijo Francisco que “también hoy el mensaje de la Iglesia es el del camino de la franqueza, del camino de la valentía cristiana. Ellos dos, simples, sin instrucción, tuvieron coraje. Una palabra que se puede traducir como libertad y no tener miedo de decir las cosas, decirlas con libertad”, señaló aludiendo a la tarea apóstolica de proclamar con franqueza.

Visto el duro reproche que hace el canciller turco a Francisco desde Mongolia, “antes de cualquier otra cosa un hombre religioso debería dar un mensaje de fraternidad, paz y tolerancia ante la avanzada del racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia”, es claro que la nota difundida por la embajada no parece ser suficiente para el gobierno de Ankara.

En este marco, ayer un portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que la matanza de armenios en 1915 a manos del Imperio Otomano fue un “crimen atroz” y no un genocidio. La declaración de la ONU se produce un día después de que las palabras del Papa, que calificó la matanza de armenios en ese capítulo de la historia como el “primer genocidio del siglo XX”, generaran rispideces con Turquía.

Este lunes, el portavoz de Ban, Stepahne Dujarric, señaló que el secretario general de la ONU “está completamente al tanto de la naturaleza delicada de la caracterización de lo ocurrido en 1915” y que considera que “establecer los hechos”, a través de una investigación de colaboración “fortalecerá nuestra determinación colectiva para evitar que vuelvan a suceder en el futuro crímenes atroces semejantes”. Con información de agencias