Moscú.— Con flores, retratos y pancartas con la leyenda “no tengo miedo”, decenas de miles de personas marcharon ayer por el centro de Moscú para honrar la memoria de Boris Nemtsov, líder opositor ruso asesinado de cuatro tiros en la espalda, y para expresar su indignación con el Kremlin, al que culpan de sembrar el odio que pudo motivar el crimen.

Una marea de banderas rusas con crespones negros fluyó desde la estación central del metro Kitái-Gorod, donde se inició la marcha, hasta el puente sobre el río Moscova donde fue abatido Nemtrov al filo de la medianoche del viernes.

Según el Ministerio del Interior de Rusia, el número de participantes en esta marcha permitida por el Ayuntamiento superó las 16 mil personas, mientras que los organizadores de la manifestación elevaron la cifra a unos 50 mil. Otras seis mil, aunque algunas fuentes hablan de 15 mil, algunas envueltas en banderas ucranianas, se congregaron en San Petersburgo, la segunda ciudad del país.

Mijail Kasianov, uno de los líderes de la oposición liberal más cercanos a Nemtsov, acusó al Kremlin de instigar el odio al tachar de “traidores a la patria” a las personas que se oponen a su política. “Nosotros somos los auténticos patriotas, porque somos los que defendemos las libertades que están en la Constitución”, dijo Kasianov.

Al aproximarse al escenario del crimen, la gente coreó en voz baja “Rusia sin Putin”, e incluso algún “No a la guerra”, en alusión a las denuncias que hacía Nemtsov sobre la participación de militares rusos en el conflicto de Ucrania. “No tenemos miedo”, “La propaganda mata” y “Yo soy Boris” eran algunas de las pancartas que portaban los manifestantes.

También en otras ciudades de Rusia se realizaron actos en memoria del político opositor, miembro destacado de la camada de reformistas liberales que llegaron al poder después de la caída de la Unión Soviética y viceprimer ministro en dos gobiernos de esa época, con Boris Yeltsin al frente del país.

La marcha en Moscú concluyó con la detención de más de medio centenar de personas por alterar el orden público, entre ellas el diputado ucraniano Alexandr Goncharenko, de 34 años, y miembro del grupo parlamentario del bloque del presidente de Ucrania, Petro Poroshenko. Lo vinculan con un delito contra un ruso en los enfrentamientos en Odessa en mayo del año pasado, cuando unos cincuenta manifestante prorrusos murieron calcinados en un incendio de la Casa de la Cultura de esa ciudad ucraniana. Agencias