Washington.— En el inicio de un asalto contra las políticas del presidente estadounidense Barack Obama en el frente migratorio, la mayoría republicana votó ayer a favor de congelar los fondos del Programa de Acción Diferida (DACA) que autorizó la Casa Blanca en junio de 2012 para evitar la deportación de los llamados dreamers, o soñadores, los hijos de indocumentados que se han beneficiado con permisos de trabajo y licencias de conducir.

Las enmiendas introducidas ayer también tienen como objetivo obstaculizar las órdenes ejecutivas firmadas por Obama en noviembre para ampliar esta protección a hasta 4 millones de indocumentados. La medida, que difícilmente será aprobada en el Senado, se enfrentará en cualquier caso al veto del mandatario, según adelantó ayer la Casa Blanca.

“El presidente vetará esta legislación”, advirtió Cecilia Muñoz, directora de políticas domésticas.

Para superar un veto presidencial, el Partido Republicano necesita dos tercios de los votos en la Cámara de Representantes y un total de 67 votos en el Senado, una misión imposible para quienes ayer mismo fueron incapaces de conseguir un cierre de filas entre su propia base republicana, ante el temor de varios legisladores a la reacción en contra del electorado hispano.

De hecho, aunque las enmiendas fueron aprobadas por 236 votos a favor y 191 en contra, 10 republicanos votaron en contra de congelar los fondos por temor a la base electoral latina y al rechazo de una sociedad preocupada ante el recorte de recursos al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en momentos en que terroristas islámicos ligados a Al-Qaeda han demostrado su capacidad para golpear objetivos en países aliados como Francia.

Tras la votación, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, justificó esta embestida al asegurar que los republicanos “no hemos tenido otra opción ante la actitud de un presidente que ha ignorado a los ciudadanos, a la Constitución y a él mismo”. De ese modo, aludió a los pronunciamientos realizados en el pasado por Obama en los que reconocía que carecía de los poderes para legislar por cuenta propia.

Las cinco enmiendas aprobadas ayer fueron incorporadas a la legislación que autoriza un presupuesto por 40 mil millones de dólares para el DHS hasta septiembre próximo. De no prosperar, el DHS se quedará sin fondos a partir del próximo 27 de febrero.

El objetivo de las enmiendas es estrangular financieramente las acciones ejecutivas autorizadas por Obama para ofrecer un alivio a los dreamers y hasta a 4 millones de personas que tienen más de cinco años de residir en EU y no tienen antecedentes penales.

“El objetivo de las órdenes ejecutivas fue establecer prioridades para detener y deportar a quienes representen un peligro real a nuestra seguridad o que hayan ingresado recientemente de forma ilegal a Estados Unidos”, insistió ayer la Casa Blanca al asegurar que con este tipo de iniciativas el Partido Republicano muestra su verdadera postura contra la comunidad hispana.

Nada más producirse la votación, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, prometió que esta iniciativa no irá a ningún lado.

A su vez, el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, enfatizó que con la votación de ayer los republicanos demostraron que la única política migratoria que desean es la de la “deportación masiva” de millones de indocumentados, muchos de los cuales “no conocen otro hogar más que el que han tenido desde que llegaron siendo aún muy pequeños”. “La votación del Partido Republicano sólo traerá consigo mayor enojo de una comunidad que será la encargada de poner el último clavo en el ataúd de ese partido como institución”, vaticinó.