Caracas/San Cristóbal.— Fuerzas de seguridad venezolanas enfrentaron ayer a manifestantes armados con piedras en marchas contra el presidente Nicolás Maduro, mientras que seguidores del gobierno se concentraron para apoyarlo, al cumplirse un año de las protestas que provocaron 43 muertes en el país.

Maduro dijo que se había desarticulado un presunto intento golpista de oficiales de la aviación, con apoyo de Estados Unidos. Señaló que los militares involucrados están detenidos y “declarando todo” a los investigadores. Dijo que este año le pagaron a un funcionario “una suma importante en dólares, le dieron varias misiones, le dieron la visa norteamericana con fecha de 3 de febrero”.

Manifestaciones similares contra el gobierno se registraron en al menos cuatro de las principales ciudades del país. La situación fue más tensa en la ciudad de San Cristóbal, en el fronterizo estado Táchira con Colombia.

Soldados de la Guardia Nacional y policías lanzaron gases lacrimógenos contra jóvenes manifestantes que arrojaban piedras, palos y cócteles molotov, dijeron testigos.

En el enfrentamiento al menos tres estudiantes resultaron heridos con objetos contundentes, así como cuatro policías y un efectivo del ejército.

“Se manifestaron de manera violenta; aquí vemos cómo nuevamente una marcha que inicia de manera pacífica tiene planes terroristas al pasar en segundos a ser una manifestación violenta”, dijo a periodistas el General de Brigada José Morantes Torres.

“Nos preguntamos de dónde sacaron las piedras, los palos, tubos y botellas con los que atacaron a nuestros efectivos”, agregó el también jefe de la zona operativa de Defensa Integral (Zodi) de Táchira.

Por su parte, el presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad de Los Andes, Reinaldo Manrique, responsabilizó a “personas infiltradas” por la violencia y dijo que hubo cuatro personas detenidas.

En Caracas, algunos estudiantes enmascarados bloquearon con la quema de basura una avenida principal y lanzaron piedras a la policía, que disparó perdigones.

Más temprano, las fuerzas de seguridad en Caracas cerraron el paso a decenas de estudiantes en una marcha no autorizada, que partió de una plaza cerca de la Universidad Central de Venezuela hasta una iglesia donde planeaban celebrar una misa en honor a las personas fallecidas durante las protestas que estallaron el 12 de 2014 y se prolongaron por cuatro meses, con saldo de casi media centena de muertos y varios detenidos, incluyendo el líder opositor Leopoldo López.

“Esta es una marcha completamente pacífica en honor a los caídos del 12 de febrero”, dijo ayer Fabio Valentini, un estudiante de 21 años de la Universidad Católica Andrés Bello, quien el año pasado participó en la marcha en el centro de Caracas en la que cayeron dos víctimas con heridas de bala. “La Venezuela en que nos encontramos hoy está en una situación mucho peor que el año pasado... Nuestro propósito no es tumbar el régimen, sino exigir nuestros derechos constitucionales y cambios a sus políticas fracasadas”, agregó.

Miles de seguidores de Maduro realizaron una concentración más numerosa en el centro de Caracas, donde hace un año murieron dos personas. Ayer mismo, Human Rights Watch (HRW), denunció que a un año de las protestas, siguen impunes los abusos de las fuerzas de seguridad venezolanas. Agencias