Washington.— Una coalición de senadores demócratas y republicanos introdujeron ayer una iniciativa de ley para levantar el embargo de más de 50 años que pesa sobre Cuba, en un movimiento que abre una ventana de oportunidad mucho antes de lo que esperaba la administración de Barack Obama.

Aunque aún es muy pronto para garantizar el éxito de la iniciativa, que enfrenta las resistencias del poderoso grupo de cabildeo cubano en el Congreso, el plan revoca leyes que impedían hacer negocios a empresas de EU, sin derogar las partes referentes a los reclamos sobre los derechos humanos; tampoco renuncia a los reclamos del exilio cubano sobre antiguas propiedades en la isla.

La iniciativa que fue presentada ayer aún deberá sortear un complicado proceso de debates y, en caso de ser necesario, de enmiendas, antes de llegar a buen puerto. El mes pasado fue presentado un proyecto para acabar con las restricciones legales a los viajes de los estadounidenses a Cuba.

“Ha llegado el momento de dar una vuelta de página en nuestra política hacia Cuba”, aseguró la senadora demócrata por Minnesota, Amy Klobuchar, una de las promotoras de la iniciativa de ayer. “Cincuenta años del embargo no han mejorado, ni favorecido nuestros intereses en Cuba y han desfavorecido empresas estadounidenses al restringir el comercio con un mercado de 11 millones de personas tan sólo 90 millas (144 km) de nuestras costas”, añadió.

“Hay muchos problemas en nuestra relación con Cuba que deben ser abordados, pero esta legislación para levantar el embargo comenzará a abrir nuevas oportunidades para las empresas estadounidenses, impulsará la creación de empleo y las exportaciones, y ayudará a mejorar la calidad de vida para el pueblo cubano”, enfatizó. Además de Klobuchar, la iniciativa cuenta con el respaldo de los republicanos por Arizona y Wyoming, Jeff Flake y Mike Enzi, respectivamente, y por los demócratas Patrick Leahy, de Vermont y Dick Durbin, de Illinois.

La introducción de la iniciativa, que difícilmente será aprobada en el corto plazo, marca el inicio de una intensa batalla en el Congreso, el único con poder para levantar el embargo que pesa sobre la isla desde hace 54 años.

Para un nutrido grupo de analistas, esta iniciativa marcará con toda seguridad el nacimiento de otras propuestas que pondrán a prueba la unidad, sobre todo del Partido Republicano que sigue contando con feroces defensores del bloqueo contra Cuba. Entre ellos el senador por Florida, Marco Rubio y la congresista por ese mismo estado, Ileana Ros-Lehtinen, quien nunca ha ocultado sus vínculos con el poderoso grupo anticastrista de Miami. A ellos se suma el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, un inveterado enemigo del restablecimiento de las relaciones con La Habana.

En una audiencia el 5 de febrero para discutir el gradual proceso de normalización de relaciones con Cuba, la subsecretaria de Estado adjunta para el Hemisferio, Roberta Jacobson, se enfrentó a la feroz crítica de RosLehtinen, quien consideró “patético” que una potencia como EU se vea tan débil a la hora de negociar con el gobierno de Raúl Castro.

En tanto, un grupo de 58 empresarios, intelectuales, políticos y disidentes cubanos publicó una carta abierta a toda página en el diario The Washington Post en contra del acercamiento entre EU y Cuba. Los firmantes, incluyendo a los ex subsecretarios de Estado para Latinoamérica Elliot Abrams, Otto Reich y Roger Noriega, pidieron al Congreso oponerse a lo que llamaron “concesiones unilaterales”. Con información de agencias