Washington.— Representantes de la oposición venezolana pidieron ayer al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que convoque una reunión extraordinaria del Consejo Permanente para que se pronuncie con carácter de urgencia sobre la crisis que atraviesa Venezuela.

En la misma jornada, el presidente venezolano, Nicolás Maduro dijo que no aceptará “ni una ofensa más” de Estados Unidos.

Opositores al gobierno venezolano, representados por Carlos Vecchio, pidieron a Insulza que “actúe y asuma su rol histórico —tanto formal como informalmente por los canales diplomáticos— para convocar a una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, en la cual se discuta la situación de Venezuela a la luz de la Carta Democrática Interamericana, de la cual es firmante”.

Vecchio, coordinador político nacional del partido Voluntad Popular estuvo acompañado en Washington de una treintena de manifestantes que gritaban “OEA, haga su tarea”, “Liberen a Leopoldo, liberen a Ledezma” y “OEA escucha, el pueblo está en la lucha”, entre otras consignas.

Los manifestantes pidieron a la OEA que aplique la Carta Democrática Interamericana, adoptada por los 34 países de la organización en 2001.

Los opositores quieren que la OEA designe a Venezuela como “un Estado que se aparta de los principios democráticos”, Fuentes de la OEA explicaron que el problema es que en ningún sitio está claramente definido qué es una ruptura del orden constitucional, ya que mientras el gobierno de Venezuela dirá que no existe ruptura en absoluto, la oposición dirá que sí, por lo que todo queda abierto a la interpretación de los estados miembros.

En tanto, el Centro Robert F. Kennedy de Derechos Humanos (RFK) condenó las detenciones “arbitrarias” de miembros de la oposición en Venezuela, entre ellas la del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y exigió a Maduro la liberación de todos los presos políticos.

“Nadie debería ser perseguido por ejercer su derecho a la libre expresión. El presidente Maduro debe liberar a todos los prisioneros políticos y respetar los derechos humanos de todos los venezolanos inmediatamente”, señaló Kerry Kennedy, presidenta del Centro, en un comunicado.

En Caracas, Maduro, aseguró que no aceptará “ni una ofensa más” de EU y llamó a su homólogo en ese país, Barack Obama, a “imponer criterios de respeto” en su gabinete hacia Venezuela. El jefe del Ejecutivo venezolano indicó que tampoco aceptará que Washington y su embajada en Caracas “continúen llamando a militares, tratando de comprar periodistas opinadores, dirigentes” en el país caribeño.

Reiteró, sin embargo, que quiere “las mejores relaciones de respeto” con el vecino país del norte.

Además, Maduro afirmó que la oligarquía colombiana aspira a gobernar Venezuela desde Bogotá con un “títere”, al insistir en que existe una campaña colombiana contra su gobierno.

Afirmó que su gobierno enfrenta una conspiración que busca hacerle daño al país y que los participantes reciben dólares de Washington y de la “derecha colombiana”. Agencias