Niños y mujeres, los más vulnerables
Organizaciones sociales advierten que la tragedia que azotó Haití puso en riesgo a menores y mujeres, que deben enfrentar la amenaza de abusos para poder sobrevivir.. (Foto: JORGE SERRATOS )
Puerto Príncipe.— Como en muchos desastres naturales, el sismo del 12 de enero de 2010 causó importantes daños sociales en el país. Niños y mujeres, los más vulnerables, luchan por rehacer su vida a costa, muchas veces, de sus derechos, lo que los pone en riesgo de ser víctimas de abusos, violencia y maltrato.
Marc Enso, de 17 años de edad, perdió a su madre, quien falleció en el terremoto. Vivió durante casi dos años en una casa de acampar con su papá en el campamento instalado en Champ-de-Mars enfrente del Palacio Nacional luego del sismo.
Cinco años después, su papá logró rentar una casa en el centro de la capital donde vive con Marc y sus hermanos, pero para sobrevivir y apoyar a su familia, el joven pinta y vende sus cuadros.
“Ha sido una situación difícil. Hoy me dedico a vender pinturas para apoyar a mi papá porque no tenemos nada. Ahora vivimos en una casa rentada, pero no es fácil”, expresó.
Luego del terremoto, se revelaron historias de abusos sexuales de niños y mujeres, de niñas que debían prostituirse para tener un poco de dinero para poder comprar algo de comer y apoyar a sus familias. Los derechos humanos no fueron respetados en la mayoría de los casos porque estas personas viven en condiciones precarias e inhumanas.
Un reporte de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití (RNDDH) señala que los casos de abusos sexuales de menores son más frecuentes ahora en el país y tanto las niñas como los niños son víctimas de estos actos. Algunas historias fueron reveladas, otras quedaron en el silencio. De enero de 2013 a noviembre de 2014, al menos 56 casos de abusos sexuales de menores fueron reportados y compilados por la RNDDH.
Pierre Espérance, director ejecutivo de esta organización, afirmó que varias personas fueron juzgadas por la justicia haitiana, pero muchas fueron liberadas tras ser declaradas inocente y las víctimas volvieron a sus casas con las secuelas que tuvieron por estos abusos.
“El problema de la prostitución y de los abusos sexuales sigue por la impunidad que reina en el país y por la falta del Estado de derecho. Nuestras instituciones son muy débiles y en general, cuando estamos enfrentando una situación similar, son las personas más vulnerables las primeras víctimas, es decir, las mujeres y los niños”, afirmó.
En 2012, Naciones Unidas confirmó acusaciones de explotación y abuso sexual de menores por parte de efectivos de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah). Para Pierre Espérance, la comunidad internacional es cómplice del gobierno haitiano por los problemas de derechos humanos y de abusos que no se han resuelto.
“No hay resultados. Hay muchos miembros de la misión que se están implicando en la violación y hasta violación colectiva. Está también la situación del cólera que mató a más de cinco mil personas. La Minustah no está aportando nada al país”, criticó.
Hérold Toussaint, sociólogo de la Universidad Estatal de Haití, acusa también a la Minustah porque ha abusado de niños y mujeres. “La prostitución es una consecuencia de la situación difícil de algunas madres de familia, de algunas jovencitas. Hay muchas adolescentes que quedaron embarazadas después del terremoto porque no recibieron asistencia. Tenemos ahora adolescentes madres en el país. Las mujeres han sido víctimas de esta situación económica difícil y dolorosa provocada por el terremoto”, expuso.