Muere un opositor venezolano en prisión

PESAR. Josefa Álvarez de González (cen.) es reconfortada por familiares de su esposo Rodolfo González, afuera de la morgue de Caracas. González, opositor encarcelado el año pasado, presuntamente se ahorcó en su celda. (Foto: FERNANDO LLANO / AP )
Caracas.— Uno de los opositores venezolanos arrestado por las protestas del año pasado en Caracas falleció en su celda de una de las sedes de la policía política, informó ayer un familiar.
El capitán de la aviación civil Rodolfo González, detenido en abril de 2014 y acusado de promover las manifestaciones, presuntamente se suicidó en su calabozo en la sede del Helicoide del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional donde permanecía recluido desde hace 10 meses, indicó Ivette González, hija menor del opositor.
González dijo a The Associated Press, desde las afueras de la morgue donde esperaba la entrega del cuerpo de su padre, que supo de la muerte en la noche del jueves por un detenido que estaba en una celda contigua y quien luego de escuchar un “ruido extraño” llamó a los guardias, que encontraron al capitán sin vida.
“En el momento en que aparentemente se ahorcó no había nadie”, acotó la hija.
La socióloga Lissette González, hija mayor del opositor, relató que la noche del jueves conversó por teléfono por última vez con su padre, quien le manifestó que estaba “muy preocupado porque le habían anunciado varios custodios que hoy (viernes) lo iban a traladar a una cárcel común” y que tenía mucho temor porque “las cárceles venezolanas son muy inseguras” y no quería que su esposa e hijas fueran sometidas a vejámenes cuando lo fueran a visitar a su nuevo sitio de reclusión.
González, quien era identificado como El Aviador, estaba imputado de los delitos de asociación para delinquir, tenencia de explosivos y tráfico de armas de fuego y aguardaba un juicio.
El capitán, de 64 años, fue apresado el 26 de abril del 2014 luego de allanamientos en su apartamento y otras propiedades de su familia donde les decomisaron algunas computadoras, teléfonos móviles y un “bidón de gasolina”, indicó la hija mayor que sostuvo que a su padre y madre les abrieron un proceso luego de que un supuesto “patriota cooperante” llevó a las autoridades una grabación en la que salían implicadas las dos personas.
Lissette González negó que su padre perteneciera a algún partido opositor o hubiera intervenido directamente en las manifestaciones de 2014 y agregó que el capitán, quien era adversario del gobierno desde hacía varios años, sólo había realizado actividades de voluntariado para ayudar con alimentos y agua a los estudiantes opositores.
El Ministerio Público dijo en un comunicado que comisionó a un fiscal para que investigue las causas de la muerte. El ministro de Relaciones Interiores, mayor general Gustavo González López, dijo a la televisora estatal que el cuerpo del detenido fallecido “presentaba signos que nos hacen presumir... que el ciudadano González Martínez se quitó la vida ahorcándose”.
El alto oficial, que hasta unos días se desempeñaba como director general de la policía política, negó un eventual traslado del opositor a otro centro de reclusión e hizo un llamado a que “no se intente politizar este hecho tan lamentable, el cual no tiene ninguna relación con las condiciones de reclusión, las cuales siempre fueron respetuosas de los derechos humanos”.
La coalición opositora solicitó a las autoridades una investigación sobre la muerte de González, quien era considerado un “preso político”, y expresó que de acuerdo con lo que establece la Constitución el Estado debe proteger la vida de las personas que se encuentran privadas de libertad.
Awareness Foundation (VAF), un grupo de derechos civiles en Venezuela, acusó al gobierno de someter a González a una “fuerte tortura sicológica”. “Esta decisión extrema de González fue producto de la fuerte tortura sicológica a la que fue sometido desde su encarcelamiento por las continuas menciones de (el presidente) Nicolás Maduro y otros altos jefes del régimen venezolano, quienes lo condenaban como terrorista”, señaló VAF.
En Caracas y otras ciudades del interior se registraron en la primera mitad del año pasado una serie de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro que dejaron 43 fallecidos, 878 lesionados y centenares de detenidos, incluyendo al líder opositor Leopoldo López, quien está recluido desde febrero del año pasado en una cárcel militar a las afueras de la capital.
En Madrid, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, trasladó su solidaridad con el pueblo venezolano a Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, de visita en España, y reclamó la puesta en libertad del alcalde de Caracas, en prisión tras ser acusado de planear un golpe de Estado en el país latinoamericano.
También reclamó la liberación de los estudiantes que, dijo, ejercen “su derecho a la libertad de expresión”.
Maduro respondió diciendo que “afortunadamente” en Venezuela no gobierna Rajoy, “un franquista, un derechista neoliberal vende patria” e insistió en que asesores del presidente estadounidense Barack Obama lo enredaron con Venezuela al describirla como una “amenaza”.
Hoy, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) abordará, durante una reunión extraordinaria de sus cancilleres, la situación en Venezuela y, muy especialmente, sus tensiones con Estados Unidos, que esta semana declaró al país suramericano como una “amenaza” para su seguridad y su política exterior. Los ministros del bloque se encontrarán en Quito, sede del organismo. Agencias





