Caracas.— El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo ayer que Estados Unidos está llegando a un límite que puede hacer imposible tener relaciones diplomáticas con Washington, por propiciar un golpe de Estado “cruento” en el país.

Maduro afirmó que gobernantes caribeños en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC), realizada en Costa Rica, le comunicaron que el vicepresidente estadounidense Joe Biden supuestamente les dijo el 26 de enero que el gobierno bolivariano será derrocado.

“Todos aportaban un dato. Me decían: ‘Maduro, cuidado’ que Biden dijo esto de Venezuela, cuando yo lo vi a Biden en Río de Janeiro a comienzo de mes y hablando en base al respeto”, indicó Maduro en una reunión en la casa de gobierno, en Caracas.

“En Washington se reunieron con los gobiernos del Caribe y a todos les dijo que el gobierno de Venezuela va a ser derrocado, que (la alianza petrolera) Petrocaribe iba a desaparecer, que era el momento de dejar sola a Venezuela”, añadió. “Le doy el beneficio de la duda (a la administración del presidente Barack Obama), pero su gobierno y toda su embajada en Caracas están metidos. Está llegando más allá del límite. Llegará el momento que será imposible tener relaciones diplomáticas con su gobierno”.

Maduro afirmó que actualmente está corriendo una campaña de “guerra sicológica mundial para justificar un golpe de Estado cruento en Venezuela, apoyado por factores del poder imperial de Estados Unidos”. “Varios presidentes y gobernantes que se reunieron conmigo en la CELAC, en los pasillos, en los salones, todos me dieron su respaldo, me dijeron: ‘Cuidado’, que el plan viene de Estados Unidos y el plan es acabar contigo y con la revolución bolivariana, ‘creen que pueden derrocarte’”, aseveró.

Según él, las acusaciones lanzadas por el diario español ABC de que el jefe de la Asamblea Nacional (Congreso), Diosdado Cabello, es parte de un cartel de traficantes de droga conocidos como “cartel de los soles”, son parte de ese plan.

“Todo esto no es de gratis. Primero atacan a Maduro como presidente y quieren acabar con la moral y la unión que son soportes de la revolución bolivariana. Por eso nos atacan, pero estamos hechos con moral de acero frente a los ataques y mentiras”, dijo.

Ayer mismo, los mandos de la Fuerza Armada venezolana manifestaron su solidaridad y respaldo a Cabello.

El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, emitió una declaración a nombre de las fuerzas militares en la que desacredita la versión de ABC, según la cual el ex oficial naval Leamsy Salazar está declarando contra Cabello como testigo protegido en Estados Unidos. El gobierno venezolano confirmó la deserción de Leamsy.

Padrino aseguró que Cabello, quien es capitán del ejército, ha sido sometido a una “injusta, nada ética y despreciable campaña mediática, con la cual se pretende mancillar su honorabilidad y desprestigiar su imagen como líder popular y representante legítimo de uno de los poderes del Estado”.

Agregó que pese a los “ataques”, Cabello “seguirá siendo un digno representante de la institución castrense en la cual se formó”.

Padrino aseguró que los “enemigos del pueblo” están “actuando con vileza, cobardía y de forma subrepticia”, intentado relacionarlo con “actividades ilícitas sin ningún tipo de pruebas, haciendo uso de la intriga, el vilipendio y la desinformación, en una actitud carente de elementales principios éticos y morales”.

Defiende norma

Padrino defendió también la polémica resolución que él aprobó y que fue publicada en la Gaceta Oficial el 27 de enero, autorizando a los militares a usar fuerza “potencialmente mortal” en manifestaciones públicas.

Padrino señaló que los críticos de la medida, la mayoría grupos defensores de derechos humanos y opositores, están “descontextualizando” la esencia de las normas que regulan la actuación de la Fuerza Armada en el control de orden público, que justificó “dados los hechos de violencia que se registraron a principios del año pasado”. Padrino calificó las nuevas normas como “un documento hermosísimo, de profundo respeto a los derechos humanos, a la vida y a los manifestantes incluso”.

La líder opositora Corina Machado alegó ayer que las nuevas normas violan la Constitución, que “prohíbe expresamente el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”. Agencias