Líder de la izquierda augura su triunfo en las cruciales elecciones de Grecia
CONFIANZA. Alexis Tsipras, líder de Syriza, durante su cierre de campaña, ayer, en la plaza Omonia de Atenas. (Foto: YANNIS BEHRAKIS / REUTERS )
Atenas.— Ante miles de griegos reunidos en la plaza de la Unidad de esta ciudad, Alexis Tsipras, líder del partido Syriza, que según las últimas encuestas podría ganar las determinantes elecciones del próximo domingo, lanzó su última y tajante consigna al cerrar su campaña electoral: “Nuestro gran objetivo ahora no es ganar las elecciones, sino obtener la mayoría en el Parlamento para así poder gobernar el país”, porque, agregó, “nunca formaremos una coalición con quienes han llevado el país a la ruina”.
Eran casi las ocho de la noche cuando el carismático líder, en medio del ondear de banderas del partido, aplausos y gritos de apoyo a su persona, subió al estrado donde decenas de pantallas difundían su imagen y sus palabras no sólo en Europa, sino quizá en todo el mundo. Visiblemente motivado por el entusiasmo de la gente, Tsipras exclamó: “Al miedo que ha difundido la propaganda del partido de derecha Nueva Democracia nosotros respondemos con la esperanza, con la esperanza de que los jóvenes puedan tener escuela gratuita y la gente pobre electricidad, hospitales y servicios gratuitos para así poder vivir una vida digna, en la que finalmente se respeten los derechos humanos”.
También señaló que quiere una Grecia nueva donde pueda imperar el estado de bienestar no sólo para pocos sino para todos los ciudadanos, pero dijo que esto exige que “Europa debe cambiar y no hacer que nuestro país dependa de los enormes créditos que estamos obligados a restituir”, lo cual supone, dijo, poner en práctica “el plan que hemos elaborado para gobernar”.
Dicho plan, insistió, no contempla “la salida de Grecia del euro, porque esto no es posible”. Tsipras busca la renegociación de la deuda griega que en su opinión exige una fuerte reducción de la deuda contraída con la llamada Troika — el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la misma Unión Europea (UE) — que, bajo la guía de Berlín, ha impuesto a Grecia una austeridad que ha hecho cerrar miles de empresas y que ha llevado a una desocupación sin precedentes en el país; se habla del 30% de la población económicamente activa, de la que 60% son jóvenes.
Más adelante, después de aconsejar a quienes no pueden pagar las hipotecas de sus casas “no abandonarlas y seguir viviendo en ellas”, el líder de Syriza dijo que reformaría el sistema de pago de impuestos, porque “ahora sólo los pagan los pobres y no los ricos, el 90% de la población contra el 1%”, una mínima parte de los griegos que, entre tantas otras cosas, detenta el 54% del Producto Interno Bruto (PIB), de la riqueza que produce el país.
“Es muy probable que nuestro partido obtenga la mayoría en el Parlamento, pero esta noche es fundamental, porque la gente siempre quiere estar con el ganador y Tsipras, en estos últimos días, con su carisma y sensibilidad, seguramente hará cambiar a esa masa de electores que aún no tiene las ideas claras, lo cual es necesario porque el balance a nuestro favor es todavía muy frágil”, dijo a EL UNIVERSAL, durante la manifestación, Nicos Vontsis, jefe del grupo parlamentario de Syriza.
Agregó que no creía que Nueva Democracia pueda siquiera “acercarse a los votos que obtendrá mi partido”, ya que, subrayó, “nuestras propuestas son la justicia, la igualdad y la dignidad, cosas que exige la mayoría de la ciudadanía griega, porque esto es la verdadera democracia”.
También dijo que el principal problema para las negociaciones con la Troika era Alemania, pero “creo que al final se llegará a un compromiso. De esto estoy absolutamente seguro”. Christos Serifis, un elector de Syriza, también presente en la manifestación, dijo por su parte a este diario que “será difícil obtener la mayoría en estas elecciones y, en caso de no obtenerla, se tendrá que ir nuevamente a elecciones porque, como dijo Tsipras, no hay ninguna posibilidad de llegar a acuerdos con otros partidos, incluido el comunista”, el cual, no muy lejos de la plaza de la Unidad, también cerraba su campaña.
Significativo al respecto fue constatar que la gran mayoría de los seguidores del Partido Comunista era gente de edad y muy pocos jóvenes, mientras que en la manifestación de Syriza predominaban los jóvenes. El enigma de este proceso electoral, que Europa vive con gran aprehensión, se resolverá este domingo cuando unos 10 millones de griegos decidirán qué partido ganará, si Syriza logrará la mayoría —el triunfo parece darlo por descontado— y si Tsipras será el nuevo jefe del gobierno de Grecia.