Dallas.— El ex gobernador de Florida y aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano, Jeb Bush, se pronunció ayer en favor de una reforma migratoria que permita a millones de indocumentados “salir de las sombras” y legalizar su situación.

“Debido a la inmigración, tenemos la capacidad de ser un país emergente de nuevo, de estar llenos de optimismo, de creer que nuestro futuro es más brillante que nuestro presente”, dijo Bush ayer en Houston.

En la reunión anual del Consejo Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano, indicó: “Tenemos que arreglar un sistema de inmigración roto y hacerlo en el corto plazo... Somos una nación de inmigrantes y este no es el momento de abandonar algo que nos hace especiales y únicos”.

Si bien admitió que se requiere seguridad y control de las fronteras, subrayó que también es necesario que los 11 millones de indocumentados salgan “de las sombras” y regularicen su situación pagando una multa.

“A este país no le va bien cuando las personas tienen que permanecer en las sombras”, afirmó. “Este lo hace espectacularmente bien cuando todo el mundo puede seguir las habilidades dadas por Dios”.

El ex gobernador de Florida acudió al evento acompañado de sus padres, el ex presidente George H.W. Bush y la ex primera dama Bárbara Bush.

La conferencia religiosa reúne esta semana en Houston a cientos de pastores evangélicos hispanos y está centrada en valores como la unidad familiar.

El aspirante presidencial, el tercero de la dinastía Bush que busca llegar a la Casa Blanca, habló sobre su familia y su sesgo bicultural, dado que su esposa Columba es originaria de México.

En la reunión, Bush habló sobre sus cuatro nietos y como uno de ellos fue bautizado con el nombre de su abuelo, Prescott Bush, por lo que en casa le llaman “Little P”.

“También le llamamos Chicharito”, dijo, lo que en inglés se traduce como “Little P”. La audiencia sonrió ante el detalle, dado que “Chicharito” es el apodo del famoso futbolista mexicano Javier Hernández.

Bush, quien domina el idioma español, es uno de los aspirantes republicanos que más votos hispanos podría atraer en la elección presidencial por su posición pro inmigrante, que le ha valido críticas del ala conservadora de su partido. Notimex