La Habana.— La secretaria de Estado Adjunta de Estados Unidos para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, se reunió ayer con disidentes cubanos, destacando la importancia que su país concede a los derechos humanos en medio de las conversaciones con Cuba para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los viejos enemigos.

Un grupo de siete disidentes asistió a la reunión en la residencia del Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, Jeffrey DeLaurentis, para evitar ser detenido por agentes de seguridad colocados en el área.

El gobierno cubano criticó el encuentro. La directora de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, quien lidera a la delegación cubana, dijo que “esta es exactamente una de las diferencias que tenemos con el gobierno de Estados Unidos, ya que para nosotros... este pequeño grupo no representa a la sociedad cubana, no representa los intereses del pueblo cubano”.

La reunión se produjo el mismo día en que Mastercard anunció que permitirá que sus tarjetas emitidas en Estados Unidos sean usadas en Cuba a partir del 1 de marzo. Mastercard decidió retirar las trabas en línea con las recientes orientaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés).

La compañía con sede en Nueva York aseguró que es la primera que desbloquea sus transacciones en Cuba después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciara, el 17 de diciembre, el inicio de una nueva era en las relaciones entre Washington y La Habana. Obama detalló que se restaurarían los vínculos diplomáticos interrumpidos hace más de cinco décadas y que empezaría a flexibilizar las sanciones económicas.

La Sección de Intereses de EU, donde se produjo la reunión de ayer, se encuentra en una zona exclusiva de La Habana. Fue construida a principios de la década de 1950 para destacar la importancia que el Departamento de Estado daba entonces en su relación con Cuba.

Jacobson, la primera persona en su cargo que visita la isla de gobierno comunista en casi 40 años, dijo en una conferencia de prensa más tarde el viernes que los derechos humanos y la libertad de expresión fueron una prioridad en las históricas conversaciones iniciadas el jueves.

“No hay duda de que los derechos humanos siguen siendo el centro de nuestra política y es crucial que continuemos hablando de derechos humanos de manera pública y directamente con el gobierno cubano”, dijo. “Obviamente es parte de lo que estamos hablando cuando decimos que tenemos un profundo desacuerdo con el gobierno cubano (en materia de) democracia y los derechos humanos”, agregó.

Entre los activistas que se reunieron con Jacobson estuvo José Daniel Ferrer, fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Muchos miembros de la UNPACU formaban parte del grupo de 53 presos políticos liberados a principios de este mes tras un acuerdo entre Estados Unidos y Cuba.

Ferrer definió el encuentro como “muy positivo”. Los estadounidenses, explicó, aseguraron que “mantienen su compromiso con la defensa de los derechos humanos en Cuba”.

Jacobson se reunió también con la bloguera Yoani Sánchez.

Pero no toda la oposición cubana estuvo de acuerdo con el encuentro. Entre las convocadas estaba la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, que rechazó asistir argumentando que “no hubo un equilibrio”, pues fueron pocos los disidentes invitados de los que se oponen al deshielo de relaciones con Cuba.

Tanto ella como el activista Antonio Rodiles y el psicólogo opositor Guillermo Fariñas, presentaron una “hoja de ruta” con exigencias al gobierno de Raúl Castro. “Estamos sumamente preocupados con la ingenuidad” del gobierno de EU por hacer concesiones frente al castrismo, dijo el ex preso político Ángel Moya, esposo de Soler.

“Por un lado salen presos y por otro entran”, protestó Rodiles.

En todo caso, Jacobson dijo a periodistas que el camino hacia la reconstrucción de los lazos con Cuba sería largo y complejo, advirtiendo que es demasiado pronto para juzgar si las conversaciones iniciales podrían eventualmente conducir a una normalización de las relaciones tras más de medio siglo de hostilidades. “Nunca es una buena idea sacar conclusiones después de la primera discusión”, dijo.

El embargo que aplica EU a Cuba es el principal escollo en la reconstrucción de las relaciones. Obama ha flexibilizado aspectos del embargo, pero necesita del Congreso controlado por los republicanos para levantarlo por completo. En su discurso sobre el Estado de la Unión pidió a los legisladores comenzar a trabajar en el tema este año. Cuba también dijo a los estadounidenses que quiere ser removido de la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo antes de restablecer las relaciones diplomáticas. Agencias