Grecia desafía a Troika sobre pago de la deuda
DIÁLOGO. El ministro holandés de Finanzas y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem (izq.) saluda al nuevo ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, al terminar una conferencia de prensa conjunta el viernes en Atenas. (Foto: LEFTERIS PITARAKIS / AP )
El nuevo ministro de las finanzas griego, Yanis Varoufakis, afirmó sorpresivamente que no tiene “ninguna intención” de colaborar con la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) en lo que toca a la ampliación del programa de salvación de Grecia, cuyo plazo vence a finales de febrero, porque lo realmente necesario es “un nuevo acuerdo que tenga como punto de partida un espíritu de cooperación”.
“No tenemos intención de trabajar con una comisión que no tiene razón de existir, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo”, dijo Varoufakis al término de su encuentro con Jeroen Dijsselbloem, presidente del eurogrupo, que reúne a los ministros de Finanzas de los países del euro.
Dijsselbloem advirtió que “con acciones unilaterales no se puede ir adelante”, subrayando que Grecia corre un gran riesgo si echa por la borda “todo lo que se ha conseguido en los últimos años”. El presidente del eurogrupo se refería a lo dicho por el jefe de gobierno Alexis Tsipras, de que no respetará el memorándum concordado entre el ex jefe de gobierno Antonis Samaras y los acreedores de su país, no sin antes agregar que la conferencia sobre la deuda, solicitada por Syriza, no se realizará, porque para esto “ya existe el eurogrupo”.
La reducción de la deuda griega y la conferencia sobre la misma han hecho surgir “un divorcio”, dijo desde Berlín Martin Jaeger, portavoz del ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schaeuble, remarcando la oposición del gobierno de la canciller Angela Merkel a la hipótesis de una “ampliación del plazo del programa de ayudas a Grecia” la cual, en el caso que sea presentada, “podría ser sólo considerada si es vinculada con una clara disponibilidad griega de realizar las reformas ya acordadas”.
Según el semanario alemán Der Spiegel, el gobierno de Merkel estaría dispuesto a apoyar un nuevo programa de ayuda a Grecia de hasta 20 mil millones de euros, siempre que Tsipras cumpliera los compromisos de reforma y aceptara la supervisión por parte de la Troika.
Por la mañana, Varoufakis había dicho que es “inútil que regresen los hombres de la Troika”, porque para “nosotros los viejos acuerdos desaparecieron un minuto después del voto” —griego del domingo pasado, que le otorgó el triunfo al izquierdista partido Syriza— y porque lo que “buscamos es llegar a un nuevo acuerdo, pero con la Unión Europea”.
El encuentro de ayer fue sólo el primero de los otros que sostendrá el ministro de finanzas griego con los acreedores internacionales de su país sobre el programa de ayudas. Las reuniones continuarán la próxima semana cuando Tsipras se encontrará, en Bruselas, con el presidente de la Comisión europea Jean-Claude Juncker; el martes estará en Roma.
Según el rotativo Efymerida ton Syntakton, cercano al partido Syriza, en el curso de estos encuentros Varufakis propondrá al presidente del eurogrupo una moratoria de 5 años para el pago de la deuda, la eliminación del pago inicial y la convocatoria a una conferencia internacional sobre la deuda.
Sin embargo, fuentes del gobierno griego explicaron que el Ejecutivo no está de acuerdo con el regreso de la misión de la Troika a Atenas y tampoco con la ampliación del plan de salvamento de 240 mil millones de euros, cuyo plazo está previsto para el 28 de febrero, porque su intención es obtener una reducción de la deuda.
La Troika ha dicho que está dispuesta a regresar a Atenas para hacer la inspección final en vista del préstamo de 7 mil millones de euros, que forma parte de los 240 mil millones programados. A cambio de esos recursos, Grecia se ha visto obligada a aplicar duros recortes y reformas.
Si para el 28 de febrero no se alcanza un acuerdo para prolongar el plan de rescate griego, el país podría tener problemas financieros a partir de marzo. El gran problema del gobierno Tsipras es que Berlín, que junto con Francia e Italia son los principales acreedores griegos, insistió ayer en que no está de acuerdo con la reducción de la deuda griega. Con información de DPA