aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Francisco, dos años de pontificado

Jorge Gutiérrez / Corresponsal| El Universal
Viernes 13 de marzo de 2015
Francisco, dos aos de pontificado

RECEPCIÓN. El papa Francisco saludaba ayer a su llegada a la audiencia de la Penitenciaría Apostólica, en el Aula Pablo IV del Vaticano. (Foto: GORGIO ONORATI / EFE )

El 13 de marzo de 2013, el cardenal argentino Jorge Bergoglio se convirtió en el primer Papa latinoamericano, con el deseo de forjar una Iglesia "pobre y para los pobres" y de hacer volver a la institución a sus orígenes

Ciudad de Vaticano.— Dos años han pasado desde aquel histórico 13 de marzo de 2013, fecha en la que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió no sólo en Sumo Pontífice, sino en el primer Papa latinoamericano, en el nuevo jefe de la Iglesia católica al que, dijo en su primera aparición pública, “mis hermanos cardenales fueron a buscar casi al fin del mundo”.

Diversos y sin duda importantes han sido los primados que consiguió con su ascenso a la Cátedra de San Pedro. Además de ser el primer Papa latinoamericano en la bimilenaria historia de la Iglesia de Roma (y el tercero no italiano elegido consecutivamente), es el primero que proviene de las filas de los jesuitas, de la Compañía de Jesús, el primero que adopta el nombre de Francisco y sobre todo el primer Pontífice del sur del mundo.

Esto último es quizá el aspecto que más ha marcado el pontificado de Francisco. “Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres”, dijo en su primer encuentro con los representantes de los medios de información y, días después, hizo saber que su gran objetivo era “hacer volver a la Iglesia a sus orígenes”.

Frases con las que el Pontífice argentino diseñó la Iglesia que tenía en mente, una Iglesia abierta a todo el género humano toda vez que su “tarea es ayudar sin pedir nunca análisis de sangre o documentos de identificación”, porque sólo así puede aspirar a ser el verdadero custodio de la salvación terrenal no sólo de su grey, sino de todos los hombres de buena voluntad. Esta apertura es tan cierta que sólo en algunos de sus discursos y homilías, especialmente cuando son masacrados o expulsados de sus tierras, Francisco se refiere específicamente a los católicos.

Su discurso en realidad es mucho más amplio, va dirigido a la humanidad, al ser humano independientemente de su raza, religión o color de piel, pero aún así, en su quehacer diario, Francisco privilegia a algunos sectores sociales, a los más pobres, a los enfermos, a los ancianos, a los marginados, a “aquellos que viven en las periferias del mundo, a aquellos a quienes la vida ha dado poco o nada”.

Esta preferencia, esta cercanía con los pobres es la razón por la cual ha pedido a los miembros de la Iglesia “ir a las periferias”, porque es ahí donde un sacerdote comprometido con su ministerio debe estar, ahí, en los barrios pobres y marginales de Buenos Aires, en la llamadas villas miseria fue donde Jorge Mario Bergolio forjó el temple y la fuerza con la que se conduce como Papa.

A muchos, dentro y fuera de la Iglesia, no gusta sin embargo la manera como Francisco ejerce su ministerio: “Habla como un párroco de pueblo, no como un Papa”. “En ocasiones utiliza un lenguaje más cercano al de un bar que al de la iglesia”, han escrito algunos vaticanistas.

Francisco conoce estas críticas y reproches, sabe perfectamente que algunas veces comete imprudencias que le crean problemas, como “evitar la mexicanización de Argentina”, pero también tiene perfectamente claro cuales son los objetivos que se ha fijado y al parecer no tiene intención de renunciar a ellos.

Esta es seguramente la fuerza de este Papa, el cual, no obstante las críticas, se ha convertido en un líder de dimensión planetaria cuya popularidad en el mundo parece superar las previsiones más optimistas.

Al cumplirse 24 meses de aquel día histórico, Antonio Spadaro, director de la revista italiana La Civiltà Cattolica, aseguró que la sintonía entre el Papa y la gente ha permanecido intacta, porque ellos reconocen autenticidad en las palabras de Francisco.

“Esto no vale sólo para los cristianos, también otros campos como el político se dejan inspirar por un modo que Francisco ha impuesto. Un estilo de sencillez, de sobriedad, de verdad”, enfatizó el sacerdote jesuita en entrevista con Notimex.

Destacó que uno de los sellos característicos del Pontífice es su lenguaje ordinario, que no necesita mediación para ser comprendido, porque está basado en frases y expresiones que lo conectan inmediatamente con las personas. “Cada uno toma de su discurso lo que necesita, pero sin necesidad de una interpretación que a veces los medios hacen pero que resulta superficial, porque él usa un lenguaje que no necesita de hermeneutas. Esto ha seguramente desconcertado mucho a la opinión pública o los periodistas no habituados”, agregó.

Spadaro fue el primer periodista en publicar una entrevista al Papa en septiembre de 2013 y algunos pasajes de su conversación generaron una encendida polémica mediática.

De la misma manera, ante expresiones coloquiales de Francisco y comentarios genéricos que terminan causando la molestia de diversos sectores, se ha llegado a hablar de la “imprudencia” del Pontífice.

Al respecto, el sacerdote reconoció que su estilo de comunicación “corre el peligro de ser instrumentalizado”, porque está basado en un lenguaje próximo a las personas, no álgido, frío, ni distante o estudiado. Con información de Notimex



Ver más @Univ_Mundo
comentarios
0